HARINA PARA EL PAN: CRONOLOGÍA DE UN DESTETE
26 de octubre de 2022
Hay una cosa que estamos perdiendo de vista y es una lástima: necesitamos ser conscientes de que la mayor botica posible está a nuestra disposición a poco que salgamos de los núcleos urbanos que habitamos. Esta farmacia es la naturaleza. Dichosas las que hemos estado vinculadas a lo rural, a lo natural. Porque sabemos cuáles son las propiedades del hipérico o del aloe, por hablar de algunos bien cercanos y asequibles. Porque hemos visto a nuestras abuelas, padres, tías y demás familiares hacer aceites para la piel irritada, porque nos curaron el dolor de tripa con manzanilla cogida en un paseo por el monte. Por tantas cosas como nos ofrece la naturaleza es necesario volver a los orígenes.
Se hace más necesario que nunca, además, buscar una manera de vivir digna, respetuosa con los que no rodea y sostenible. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que debemos mirarnos más de cerca, consumir local, apoyar iniciativas que responden a necesidades reales y no a necesidades creadas para el puro y duro consumo.
En MaMagazine buscamos este tipo de negocios sostenibles, con valor añadido y nos atraen mucho, además, cuando es una mujer la que ha pensado y puesto en marcha uno. Por eso queremos apoyarlos. Por eso queremos saber más. Aprender. Por eso, contamos con las palabras de Nuria Téllez, farmacéutica, cosmetóloga y creadora de Münnah Natural Cosmetics. La iniciativa es joven, pero ya ha ganado el Premio Internacional Clean Award a la mejor marca de cosmética orgánica y vegana de la revista Organics Magazine. Estos premios distinguen marcas y productos de cosmética natural y ecológica certificada que trabajan por un futuro sostenible y una cosmética saludable, sin trampa ni cartón, esencia y pureza natural. Sigue leyendo para saber cuáles son sus ingredientes estrella, su forma de trabajar y qué componentes evitar a la hora de elegir los productos cosméticos que habitualmente utilices.
Realmente Münnah surge como una necesidad personal, primero para poder crear productos sanos para mí misma y mi familia, pues no encontraba, hace ya bastantes años, productos libres de tóxicos en el entorno que yo conocía. Tuve un problema de salud que me llevó a investigar tanto alimentación como cualquier producto de higiene y cosmética que ponía en mi piel, para asegurar lo máximo posible que estaban libres de tóxicos.
Me gustó tanto el resultado, que seguí investigando y haciendo productos más específicos para cubrir mis necesidades, como cremas antimanchas y solares naturales que era lo primero que me preocupó. Y así seguí: los resultados fueron tan buenos que decidí ofrecer estos productos a todo el mundo y crear mi propio laboratorio ecológico.
Me siento motivada e ilusionada con este modelo de empresa, para mí esta coherencia en mi modo de pensar y actuar me da paz y mucho impulso para continuar creciendo y ofreciendo nuevos productos. Empezamos con cuatro productos faciales y ya estamos sacando el número veintidós. Tenemos tratamiento íntimo femenino (del que estoy muy satisfecha por la gran feedback recibido por las clientas), línea, solar, línea capilar, jabones, línea de baño… poco a poco vamos incorporando productos que son necesarios en el día a día.
Cada planta tiene sus propiedades y según para qué producto o tipo de piel, es conveniente usar unos u otros. Pero a la cosmética natural muchas personas se acercan porque tienen piel sensible, y al final utilizamos mucho la flor de caléndula y manzanilla por sus grandes propiedades calmantes y antiinflamatorias.
Los aceites esenciales de árbol de té o romero son estupendos para desinfectar tanto en la limpieza de poros de la piel para evitar granitos, como para productos de higiene personal, por no hablar de las magnificas propiedades regenerantes que tiene el aceite de rosa mosqueta. En realidad, la naturaleza ofrece infinitas opciones, es una gran farmacia natural.
Para que un ingrediente sea natural, debe provenir de la naturaleza, ya sea un aceite extraído de semillas de plantas, o un hidrolato de flores. Ecológico significa que esas plantas han sido cultivadas sin añadir pesticidas, insecticidas, o ningún otro producto químico sintético que puedan intoxicar a la propia planta, y luego pasarían a producto cosmético y por supuesto a nuestro organismo.
En mi opinión, deberíamos evitar todo lo que en la lista de ingredientes no suene a “latín” que es como se deben nombrar las plantas utilizadas en los productos. Todo lo que es sintético o derivado de algún producto natural (pero ya manipulado) debe venir en inglés. Entre los más tóxicos e ineficaces para la piel tenemos los derivados del petróleo: parafinas, vaselina, siliconas, PEGs, etc. Y por supuesto los conservantes: muchos parabenos están ya prohibidos, pero otros no. Phenoxiethanol es un sustituto de los parabenos que seguramente prohiban pronto por su toxicidad.
