Si alguien ha retratado la maternidad en soportes como el cine, la publicidad, la literatura o incluso la música es la directora creativa y guionista Virginia Mosquera (Madrid, 1974). Virginia es una mujer de letras y de acción. Como escritora ha publicado Motherland: De la cara B a la cara A de la maternidad (La Esfera de Libros, 2020) y Julieta y Romeo. Ahora la historia es otra (Edebé, 2022). Es directora creativa en la agencia McCann y escribió el guion de la brillante No me da la vida (Malamente), un cortometraje dirigido por Alauda Ruiz de Azúa en 2021. Corona su experiencia, que permea todas las capas de su vida profesional, siendo madre de una niña de 10 y un niño de 7.
Virginia aporta su relato y visión del cambio de paradigma en el cine español en nuestro reportaje Una maternidad ¿de cine?, que podrás encontrar en Va de nosotras, el cuarto volumen de nuestra revista en papel (puedes saber más aquí). En esta entrevista no solo hablamos de la pantalla grande, sino de las mil maneras de plasmar su activismo y de contárnoslo con alegría, frescura y mucha inteligencia.
¿Cómo era tu trabajo antes de ser madre? ¿Y después? ¿Ha sufrido cambios significativos?
Jajaja… ¿Es una pregunta trampa? Te puedes imaginar que mucho. Antes me creía libre como el viento, pero no era del todo consciente de las injusticias de género, aunque las estuviera viviendo en mis carnes. La maternidad me ha abierto los ojos. Me ha traído una conciencia de género de regalo, y de bonus track, el firme propósito de cambiar las cosas. Vamos, que ahora soy una feminista de Emily Davison parriba.
¿Qué es, para ti, lo peor de la maternidad?
Que nadie te hace el spoiler a tiempo y te estampas como una dummy en un Seat Ibiza contra tus propias expectativas de eso que llaman MATERNIDAD. Eso, y bueno, el miedo, que ríete tú de Stephen King, no conoces el verdadero sentido de la palabra miedo hasta que eres madre, eso tampoco entra en el spoiler.
¿Y lo mejor?
Pues además de es ese amor salvaje y desenfrenado, que te empuja a abandonar el calor de tu hogar en plena noche para cruzar la ciudad saltándote los semáforos, solo porque tu pequeño se ha olvidado los malditos Pokemon en el Retiro, además de ese amor, que no es poco, una conciencia FEMINISTA. Ese ser consciente de que eres el siguiente eslabón de la saga de mujeres que te antecedieron, me ha regalado un propósito. Ahora sé que quiero cambiar el relato de la maternidad para madres que serán nuestras hijas e hijos; pero también el relato de lo femenino, para el quiera escucharlo, porque los relatos importan y este relato no está bien contado, básicamente porque nos lo han contado históricamente los hombres, no tienes más que abrir un libro de texto de sexto de primaria y ver el desfile de machirulos que nos cuentan “la historia del hombre”, como dice Cristina Oñoro en Las que faltaban. Mi hija me ha regalado un propósito: cambiar el cuento.
Algunas mujeres cineastas estáis creando una nueva narrativa visual sobre la maternidad. ¿Qué opinas de la maternidad como tema narrativo, como categoría? ¿Cómo crees que se representaba antes este tema y cómo se representa ahora?
Yo he crecido con un relato de lo materno contado por hombres. Desde la madre de Elliott en E.T. hasta la señora de Bill Cosby y pasando por Marge Simpson, todas esas “madres” estaban escritas por tíos que volvían a casa del curro, les tenían la cena en la mesa y los niños oliendo a Nenuco, listos para el beso y el cuento. De ahí que yo pensara que esto de ser madre sería coser y cantar, y resulta que solo era coser y encima, mal pagada. Peeeero hay esperanza. Cada vez hay más voces ganando terreno a ese relato y ahí están CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales), Isabel Coixet, Carla Simón, Alauda Ruiz de Azúa o Carlota Pereda, y maravillosas guionistas como Carmen Ortiz, Gema R. Neira, Esther Lobato, Anna Costa o Laura Caballero. Hay mucho que agradecer a nuestras madres y sus madres, especialmente a las que no sabían que eran feministas, a las “señoras que”. Pero sobre todo a las grandes olvidadas, las madres Gen X que, ojo, fueron las primeras en enfrentarse con el “imposible” de tener carrera —que no trabajo— e hijos, el punto de inflexión en toda esta trama, que ha marcado un antes y después, a ver en qué acaba y como llegamos al clímax…
En tu trayectoria y desde tu punto de vista, ¿cuál crees que es el papel de las mujeres en la industria cinematográfica? ¿Cómo te gustaría que fuese? ¿Qué necesitan las mujeres del cine para ejercer sus carreras en condiciones óptimas?
Uf, ¡muchas cosas! No solo cuotas —que también— sino facilidades reales para ejercer la profesión sin ser cuestionadas, sin que nos encasillen, creando simple y llanamente como personas… En cierta ocasión, una compañera y yo presentamos una gran idea para una serie y nos la rechazaron porque no era “de mujeres” —ya sabes, pink washing machine—, en plan produzco a una mujer porque es lo que toca, pero que haga cosas de chicas, si no, nada, que para lo otro están los chavalotes. A mí me interesa contar de otra forma el relato de “lo femenino”, pero no necesariamente haciendo cine de género, sino que aprovecho cada personaje, cada trama o cada diálogo para contar cómo somos de verdad las mujeres y no como creen los hombres que hablaría o actuaría una tía.
¿Cómo os trata la industria cuando os convertís en madres?
Pues como a todas… con paternalismo condescendiente, pero sin demasiada ayuda, en plan “ah… haber elegido perro” (esto es real, me lo han llegado a decir).
¿Crees que hay una especial sensibilidad femenina al filmar?
No: insinuar que las mujeres tenemos que hacer cine de mujeres, es como volvernos a mandar a la cocina, pero con la Bolex en el bolso. Cada persona tiene sus sensibilidades y se le da mejor un estilo que otro, eso es indudable, pero repito: somos personas y debemos ser respetadas como creadoras, no como creadoras “de género”.
¿Cuáles son tus proyectos futuros?
Mmm la cosa va de series y sagas… pero ya sabes: siempre con su poquito de propósito y por supuesto, su musicón.
¿Qué te inspiró y animó a escribir Motherland?
El nacimiento de mi hija y luego mi hijo… Me vi entre reunión y reunión, sacándome leche a escondidas en el WC de la agencia, rodeada de los pedos ajenos y ese olor a tabaco, y qué quieres que te diga, me dije: «esto de la maternidad no está bien contado». Ahí fue cuando, poniendo a Dios por testigo con una zanahoria en la mano, juré: «Voy a hacerles un spoiler que te cagas a las que vienen detrás, se lo voy a contar como a mí me hubiera gustado». Eso sí, con humor y amor porque, ante todo, esta historia es mía.
¿Y Julieta y Romeo? ¿Cómo has dado la vuelta a la historia tradicional?
Pues mi hija, de nuevo, ¿ves? Cuando fui con mi hija Julieta a Verona y me preguntó en el viaje de vuelta cómo acaba la historia de Julieta Capuleto, se lo conté sin pelos y señales y, la verdad, lejos de impresionarla, abrió los ojos y dijo: «No lo entiendo… ¿Morir de amor solo por… un chico?» Y luego añadió: «¿Y no podemos hacerle el spoiler a Julieta para salvarla?». Ahí fue cuando se me ocurrió la idea de que una Julieta del presente, exactamente de Chamberí, se plante en mitad del libro de Shakespeare en plan Regreso al futuro y, al más puro estilo Marty McFly, ponga la historia patas arriba, resuelta a reescribir el final para salvar a la pareja suicida más famosa de la literatura universal y, de paso, a sí misma.
¿Qué deseas para las “Julietas” en el futuro?
Que sean libres, que se encuentren a sí mismas y que se amen por encima de cualquiera que se les ponga por delante, porque, aunque el amor romántico es bonito, solo tiene sentido, como dice Julieta, en la ficción. Mola si eres Shakespeare, porque te convierte en el autor más grande de todos los tiempos, pero el amor romántico a Julieta y a Romeo les costó un precio demasiado alto, y esto lejos de estar trascendido, está totalmente en actualidad en estos tiempos y eso sí que es una tragedia. El amor romántico en una trampa para las mujeres, que nos atrapa en otro relato: el de darlo todo por amor. Pero sobre todo para las y los preadolescentes, que son los más vulnerables, quería escribir para las y los grandes olvidados.
¿Qué cuentos chinos hemos comprado las mujeres y las madres en el entorno laboral?
Que se puede ser madre y… [rellenar este espacio en blanco]
¿Qué opinas sobre la conciliación?
La conciliación, como dice Laura Baena, no existe. Es el Valle de las Caídas, un páramo semidesierto, lleno de los cadáveres de esas colegas que empezaron contigo y cayeron por el camino. A unas las echaron a la primera de cambio, otras tuvieron que renunciar y luego están todas las que se reconvirtieron en cosas… algunas se convirtieron en hombres blanco (que diría Nuria Labari), otras se reinventaron y a algunas, las menos, les salió bien, y eso es una tragedia nivel réquiem, porque, aunque salga bien o mal, el saldo es negativo: el precio a pagar por ser madres es una vergüenza y un fracaso social. Y no, no les pasa a ellos. Y sí, es y debería ser, cosa de hombres, tanto como beber Soberano.
¿Y el valor de los cuidados?
Los cuidados no visten nada. Si en una fiesta dices «tengo dos carreras y un máster, pero ahora me dedico a cuidar a mis criaturas», la gente se va de cabeza a la conversación de al lado. Es así y reconozco que alguien que solo habla de sus descendencia es tan soporífero como el que solo habla del Atleti, pero de ahí a que cuidar sea peor que ser Putin… jajaja. No es exagerado: desde San José a nuestros días, muy pocos tíos han dado un paso al frente en plan «no te preocupes María, que ya de esto me encargo yo, tu vete al curro que cuando llegues la cena estará la cena lista, la mirra en la mesa y los niños en pijama con los deberes hechos», naaaa. Aquí hacen falta muchos hombres sumándose a la causa. Y mira que hay padres que YA son la espoleta del cambio, nuestros benditos aliados, pero como dice Laura Sagnier, hay que quitarnos la losa de hormigón para que podamos enfrentarnos para reventar el famoso techo de cristal hasta reducirlo a polvareda cósmica mientras suena el Where is my mind de los Pixies.
3 comentarios
Lo comparto todo !!! Denial
Gracias a esas madres-mujer-pareja-amiga-persona-de -carrera-de-éxito- que han cogido la antorcha y van en cabeza señalando el camino a seguir. Siempre ha sido difícil, pero ahora que buena parte de la sociedad considera que ya hemos conseguido la paridad con los hombres, más aún. Gracias
Me ha gustado, como Virginia ha explicado todo y la.conozco desde pequeña. Se ha quedado corta en esos momentos cruciales qué pasamos las madres y qué nadie nos advirtió.
He leido sus maravillosos libros, y es una mujer de Díez…
Trabajadora y muy Valiente….. Y tiene una madre Maravillosa
( Qué tiene una buena Maestra) y no digamos nada del Padre. _ Persona Creativa y buen Maestro).
Para ella: La felicito por su labor….. Y le.mando un fuerte abrazo.