Arquitectas de maternidades es un título precioso para una profesión, ¿no creéis? Qué bonito es pensar que una mujer tiene sitios mejores en los que parir que encima de la camilla de un paritorio, tumbada por obligación, frecuentemente con las piernas atadas a unas perneras y viendo como desfilan, delante de su vagina, un sinfín de matronas, ginecólogos, residentes, estudiantes en prácticas e incluso señoras de la limpieza que pasaban por ahí. Pues más bonito es hacerlo y que las mujeres lo disfruten.
Ángela Müller y Marta Parra, como muchas de nosotras, se preguntaron una vez si no era posible que, además de parir en un entorno controlado -sanitario-, las mujeres pudieran hacerlo en espacios que aportasen calidez y restasen impersonalidad a los paritorios tradicionales. Y se pusieron manos a la obra para crear, desde su estudio Parra-Müller, Unidades de Parto Natural que permitiesen a las madres relajarse, les brindasen la intimidad necesaria en un acto tan personal y trascendente y que, además, no obstaculizasen el trabajo desempeñado por el personal sanitario.
Sus proyectos se convirtieron en realidades e incluso ganaron premios: su intervención en el Hospital Nuevo Belén de Madrid ha sido galardonada con el premio internacional IIDA (International Interior Design Association, uno de los más importantes premios del diseño). Hay salas de parto Parra-Müller tanto en centros públicos como privados, además de en el citado Nuevo Belén, en la Clínica Universidad de Navarra, el Hospital de Getafe y el hospital HM Puerta Del Sur en Madrid.
Su reconocida labor en la arquitectura es necesaria y aplaudida. Pero más aplaudida, todavía, es la oportunidad que Ángela y Marta (y también los hospitales, tanto públicos como privados, que han confiado en su labor y han incorporado sus diseños a sus centros) dan a las madres, poco acostumbradas en estos tiempos (quién lo diría) a disfrutar de un parto lo más natural y respetado posible. Y es que dar a luz en un entorno favorable arroja resultados ciertamente esperanzadores: en el año 2019, de 194 partos atendidos en el Hospital Nuevo Belén, solo 10 acabaron en cesárea. Solo el 4% de los partos vaginales necesitaron una episiotomía y el 26% de los expulsivos se produjo en el agua.
Recupero una frase de Marta, a la que le conté brevemente mis poco agradables -y agraciadas- experiencias en mis partos: “Al final nuestros partos robados nos siguen dando la oportunidad de conocernos y unirnos entre nosotras. Y yo me lo tomo como un regalo. Si supiesen algunos profesionales no actualizados que un efecto secundario de sus malas praxis es un activismo cañero e incondicional, se lo pensarían más…“.
Ángela y Marta, además, están trabajando en un nuevo proyecto, buscando y recogiendo testimonios de partos de arquitectas y diseñadoras. Si trabajas en estos colectivos y quieres participar, aquí podrás hacerlo: http://arquitecturadematernidades.com/arquitecta-cuentanos-tu-parto/
Gracias por vuestro talento. Por vuestra creatividad. Por vuestra empatía y por luchar por tantas mujeres, al lado de tantas mujeres, por el derecho a un parto respetado y sin huellas de violencia obstétrica.