Piojos. ¡Piojos! La primera vez que tuve piojos tenía más de treinta años. No lo descubrí yo: lo descubrió mi padre al detectar, en una videollamada, que mi hija pequeña se rascaba la cabeza. Tuve que mirar en internet cómo eran los piojos, nunca los había visto ni me había preocupado por ellos. Bajé a la farmacia, compré la lendrera que sigue acompañándonos diez años más tarde y una loción. No recuerdo una lendrera en mi infancia, pero sí unas circulares que llegaban una vez al año a casa desde el cole y alertaban de que podía haber piojos. Entonces, mi madre compraba una loción que los ahuyentaba, de la que todavía recuerdo el olor y la marca. Nunca más existió y mira que me hubiera venido bien, pues desde que tuve piojos por primera vez hasta ahora, no he encontrado ningún producto tan efectivo. Ninguno. Y mira que he innovado: todo tipo de lociones, aceite del árbol de té, lendreras eléctricas, microacanaladas… Ni un confinamiento estricto pudo con ellos. Peino a mis hijos con lendrera después de cada ducha, pero mis hijos tienen mucha vida social y son gente cariñosa: no renunciaremos a las fiestas de pijamas ni a los abrazos, así que el riesgo siempre estará ahí. Y después de tantos años, ya nos hemos acostumbrado.

Me hubiera venido muy bien disponer, en su momento, de Manual de supervivencia para piojos (Litera Libros, 2023) de la escritora e ilustradora palentina —y antes arquitecta— Berta Páramo. A Berta no le dan miedo los bichos, ni los fluidos —lo demostró en su anterior libro Fluidoteca, un inventario de los fluidos corporales— ni las investigaciones. Aborda uno de los temas más calientes en los chats de WhatsApp de las madres y padres del cole —cuánta literatura ahí metida, también— y lo hace con originalidad, evidencia científica y un diseño muy atractivo. Así, podremos encontrar respuestas a esas preguntas que nos hacemos sobre los piojos: ¿prefieren el pelo limpio o el pelo sucio?, o ¿es cierto que saltan de cabeza en cabeza? Sin duda, el acercamiento al tema es sencillamente genial.

Edito esta entrevista a Berta y me entran picores. Hace tiempo, afortunadamente, que los bichitos no pasean por mi cabeza, pero es nombrarlos y…

¿Cuál es el germen de este libro? ¿Por qué un libro para/sobre piojos?

El tema no es mío, es del editor de Litera, Juan Romero. Un día, charlando, me contó que él los había sufrido mucho de pequeño y luego con sus hijos. Pensó que sería buena idea hacer un libro informativo sobre piojos y así me lo propuso. En el mercado podemos encontrar muchos libros sobre Fulanito tiene piojos, pero no tantos clasificables como informativos. Cuando me puse a investigar me di cuenta de que toda la información que encontraba se dirigía a cómo eliminarlos y me dio un poco de pena. Fue ahí cuando se me ocurrió darle la vuelta al libro y hacerlo para ellos: los “pobres” piojos. Tuve que indagar más para encontrar cómo son, cómo comen, cómo se reproducen…

¿Por qué un libro sobre piojos? No conozco ninguna familia con niños que no los haya sufrido alguna vez, es un trending topic en los chats de madres y padres del colegio. Una pediculosis es una buena excusa para leer juntos sobre el tema central de esos días de invasión piojil y conocerlos un poco mejor.

No nos engañemos: a nadie le gustan los piojos, son muy molestos. Mi editor y yo éramos conscientes de ello cuando decidimos hacer el libro. No espero que al lector le acaben gustando, pero sí que pase un buen rato, está contado desde la perspectiva del piojo y con humor, además espero que descubra que ese piojo tiene una vida, que su cuerpo está extraordinariamente adaptado a esa vida y que, a pesar de ser tan pequeño, tiene una complejidad sorprendente.

¿Qué es lo que más ha llamado tu atención en esta divertida investigación sobre los piojos?

Quizá que no he encontrado otra razón de su existencia que la pediculosis. Estos parásitos no son alimento de otros animales ni aportan nada al ecosistema excepto picores y molestias a sus hospedadores, los humanos. Son parásitos obligados, esto quiere decir que necesitan vivir en un hospedador o morirán, de modo que estarán unidos a la vida humana si quieren sobrevivir.

¿Qué ha hecho que la literatura infantil sea tu pasión y que, además, la ejerzas con investigaciones como a las que nos tienes acostumbradas?

Haciendo libros me divierto mucho, me encuentro en “mi elemento”. Siempre me ha gustado estudiar y dibujar y los libros que hago aúnan ambas cosas.

Es verdad que a veces son investigaciones poco usuales, pero te contaré una anécdota: Hace algún tiempo me hice “amiga” del zoo de Madrid. Esto es un carné que te permite entrar cuando quieras durante un año. Así un día iba a ver los osos, otro las serpientes y otro a dibujar a los gorilas. Esta experiencia me permitió observar a otros visitantes y muchas veces, sin querer, escuchar sus conversaciones. Allí, ante animales magníficos, a los niños se les dicen cosas como «mira qué bicho más asqueroso» o «uy, qué miedo». Y esto me hizo pensar en lo afortunada que había sido de pequeña cuando mi hermano venía con una lagartija o una culebrilla de agua o una babosa y me decía: «mira qué animal más fascinante» ante el estupor de mi madre, eso sí.

Creo que es muy importante cómo hablamos a los niños. Muchos miedos y ascos son aprendidos. Debemos volver a esa mirada limpia, sin prejuicios y abrirnos a conocer el mundo que nos rodea porque, si indagas un poco, ese mundo resulta extraordinario y hasta un piojo puede sorprendernos.

Un divertido, y exhaustivo, libro informativo con todo lo que siempre quisiste saber sobre uno de los animales más presentes en la vida de un ser humano (sobre todo si es de corta edad): ¡EL PIOJO!

Porque los piojos… ¿Cómo pasan de cabeza en cabeza? ¿Vuelan? ¿De qué se alimentan? ¿Cómo se reproducen? ¿Cuánto viven? ¿Cuál es la mejor forma de acabar con ellos?