Ay, esos vagones de poco freno… Cuando hay enfados, mejor respirar hondo. Una vez, dos veces. En ocasiones, es casi imposible, pero, si se practica, se consigue una respuesta cada vez menos agresiva a las faltas de respeto de las criaturas. En esas está nuestro Javi Oliva que, como sabe que el mal rollo con su tribu suele durar cinco minutos, procura no cabrearse tanto ni dar muchos portazos. Porque luego todo vuelve a su ser…
vagones de poco freno
… sois capaces de mostrarme
la cara más perra
y la más amable
y, entre ambos gestos
, que solo pasen cinco minutos
. en vuestro mundo
todo empieza de nuevo
a cada cinco minutos
; por eso, en mi mundo
, he resuelto
decir no a los sofocos
, no a los portazos
; porque el enfado pasa
y heráclitamente
la bilis no permanece
, mejor no hacer mudanza
en tiempos de sangre revuelta
, mejor frenar en seco
y conversar lo pendiente
. vagones de poco freno, ay
, no quiero reteneros
, solo que toméis forma
, que midáis las esquinas
, que sepáis hacer cribado
en días de emergencia
…
por mi parte
, pudiendo elegir actitud
, elijo no beber veneno
ni furibundear por las
paredes de mi casa
, elijo esperar tajos de tiempo
para entrar en la maraña
.