Lo normal es que, en tu etapa escolar, seas más o menos feliz.
Lo normal es que hagas amigos, te relaciones, estudies un poquito, salgas al patio a jugar.
Lo normal es que salgas del colegio contento, abraces a tus padres, comentes lo bien que te ha ido.
Eso es lo normal para 4 de cada 5 niños en edad escolar. Para el otro restante, ir al colegio es un auténtico infierno.
Según el I Estudio sobre la Percepción del Bullying en la Sociedad Española, 1 de cada 5 niños escolarizados sufre acoso escolar en nuestro país y tan solo el 15% se atreve a contarlo, ya sea a sus padres o profesores. Normalmente, las edades de las víctimas del bullying están comprendidas entre los 10 y los 18 años. Otra cifra para la preocupación es la cantidad de testigos pasivos de casos de acoso que existen: el 50% de los españoles hemos presenciado algún tipo de acoso escolar.
El acoso escolar, en sus múltiples variantes, nos preocupa. Por eso pedimos ayuda a Claudia Bruna, coach especializada en acompañar a los padres en la tarea de educar a sus hijos y sacar lo mejor de ellos, para que nos cuente qué es acoso escolar, cómo detectarlo y cómo ayudar a nuestros hijos a luchar contra él desde todas las posiciones: acosado, acosador o testigo.
Claudia Bruna trabajó durante diez años en empresas multinacionales, en los campos de marketing y ventas. A raíz de su experiencia como madre se formó como Coach Co-Activa Profesional. También estudió PNL (Institut Gestalt, Barcelona), Coaching Sistémico (DS Humano, Madrid) y Coaching para Adolescentes (The Coaching Academy, Londres). Acaba de publicar un libro, Educar contra el acoso, ilustrado por Albalez, donde encontrar las claves para entender y luchar contra esta lacra.
¿Qué es el acoso escolar?
El acoso escolar es una forma específica de agresión o violencia que no es algo puntual sino repetido en el tiempo, premeditado y con una intención de dañar.
¿Cómo podemos detectar los padres si nuestros hijos son víctimas de acoso?
Si notamos cambios en su actitud o comportamiento, más agresividad o problemas de autocontrol. Si no quiere ir al colegio o pone excusas, si está apático, baja su rendimiento escolar, si observas que tu hijo se encierra y no quiere hablar o está de mal humor, más irritado de lo normal. También puedes observar señales como cambios físicos; menos apetito, insomnio, pesadillas, miedo o síntomas de pánico… Esto pueden ser señales, no tiene por qué ser acoso, pero son avisos de que algo puede estar pasando en la vida de una criatura. Si hay cambios, yo recomiendo estar atentos y hacer seguimiento…
Para ello siempre es necesario haber cultivado previamente una buena relación con nuestro hijo/a: conexión, escucha, amabilidad y respeto.
¿Y cómo saber si nuestros hijos son los acosadores?
Los niños que acosan pueden ser visibles o no; el acosador puede llegar a ser muy silencioso. Algunas características de los acosadores pueden ser personalidad agresiva y dominante, carencia de habilidades sociales como la empatía, dificultad para respetar las normas, impulsividad, falta de autocontrol, baja autoestima o, por el contrario, exceso de ella, pueden ser niños o niñas también excesivamente susceptibles a pequeñas cosas como miradas o gestos, tener poca capacidad de autocrítica, tendencia a culpar a los demás, despreciar…
¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos si sospechamos o sabemos que son víctimas de acoso escolar?
En mi libro hablo de 3 posibilidades dependiendo de la gravedad del acoso o del conflicto que está ocurriendo entre pares:
Nivel verde: Habilidades de Prevención.
Nivel naranja: Habilidades y herramientas, gestión del conflicto.
Nivel rojo: ¡Actívate!
- Siéntate con tu hijo y que te cuente todo lo que ha ocurrido. Recoge toda la información que puedas.
- Enséñale las 5 habilidades de defensa personal que están en el libro.
- Pide cita urgente con la tutora o tutor para explicarle todos los hechos.
- Pide al colegio un plan de acción para frenarlo inmediatamente.
- Haz seguimiento a través de tu hijo y de reuniones habituales con el colegio.
¿Y qué podemos hacer si nuestro hijo es el acosador?
Lo primero es mostrar una actitud colaborativa con el centro. Conocer bien la situación e intentar ver cómo podemos ayudar. No debemos negarlo, sino explorar qué ocurre y porqué. Es importante tener una mente abierta, sin juicios, con la intención de descubrir y entender. Tampoco debemos, por supuesto, juzgar al hijo ni enfadarnos con él a la primera. Lo ideal es entender qué le lleva a comportarse así para poder ayudarle. Llevarle a empatizar con el otro niño y a entender que eso tiene consecuencias. También debemos ser capaces de asumir la parte de responsabilidad que podamos tener, si la hay. El problema o mal comportamiento que vemos en un niño es la solución que busca el niño a otro problema que no vemos, el típico “quiéreme más cuando menos me lo merezca”.
¿Cómo deben actuar nuestros hijos si son testigos de acoso entre compañeros?
Deben ser valientes y alzar su voz. Es su responsabilidad. Los testigos son clave para frenar el acoso. También deben animar al niño acosado a hablar: “si quieres te acompaño y se lo contamos entre los dos”.
¿Crees que los centros educativos están preparados para detectar estos casos de una manera temprana y trabajar con los niños? ¿De qué herramientas disponen?
Creo que, cada vez más, se habla de acoso en las escuelas, se les explica qué es y qué deben hacer para frenarlo. Hay más información y todo el mundo está más sensibilizado con el tema. Pero yo creo que no es suficiente ya que las escuelas tienen mil batallas y disponen de poco tiempo, a pesar de que ponen toda la voluntad. Además, en la actualidad, muchos casos de acoso ocurren fuera del colegio. Es por ello que, quienes debemos estar bien preparados, atentos y tener las herramientas para detectarlo, somos los padres.