Esta semana se celebra el Día del Libro y, aunque pensamos que, como el Día del Niño, el del libro debería celebrarse todos los días, queremos ayudarte a elegir las mejores lecturas posibles para ti y los tuyos.
Inquieto y divertido, David Walliams es ya uno de los escritores infantiles más destacados. Desde El mago del balón, su primer título publicado, sus libros han sido traducidos a más de 50 idiomas y han vendido millones de copias en todo el mundo. La abuela gánster, El chico del millón, El papá bandido, El gigante alucinante o Los peores niños del mundo son algunas de sus historias más conocidas.
Hay quien adjudica su éxito a sus irreverentes argumentos, incluso la prensa británica lo ha bautizado como el nuevo Roald Dahl. Lo cierto es que con el novelista comparte muchos puntos en común, una original vida privada y un estilo directo con un humor muy peculiar. Esto le ha servido para meterse a la crítica en el bolsillo y también a millones de pequeños lectores que esperan con impaciencia sus próximos títulos.
1. QUENTIN BLAKE, EL ICÓNICO ILUSTRADOR. El punto en común más evidente quizás sea el hecho de que ambos han compartido ilustrador. Los inconfundibles dibujos de Quentin Blake acompañaron los libros de Dahl desde 1975. Blake es también el ilustrador de los dos primeros libros de Walliams, El mago del balón y Un amigo excepcional y del incoNfundible lettering que aparece en la cubierta de todos sus libros.
2. A LOS NIÑOS SE LES PUEDE HABLAR DE TODO. Las historias de Dahl y de Walliams tratan sin miedo, y con fluida naturalidad, temas que tradicionalmente en la literatura infantil han sido considerados complicados o incluso tabúes. Un ejemplo son la enfermedad, la muerte o los problemas económicos, entre otros.
3. ARGUMENTOS IRREVERENTES. Ambos autores son auténticos genios imaginando historias con gran cantidad de humor negro y escenarios asombrosos que se desmarcan de los habituales cuentos para niños deshaciéndose de la moralidad convencional. Introducen sin miedo la crueldad, combinada brillantemente con ternura, bondad, risas y lágrimas. Un todo por el que muchos adultos se llevarían las manos a la cabeza y que sin embargo funciona a la perfección como universos «peligrosamente» atrayentes para los niños.
4. LOS ADULTOS SON VILLANOS Y NO PASA NADA. En la obra de Dahl y de Walliams los personajes se construyen desde el punto de vista de un niño, generando una conexión total con los lectores. En muchas de sus historias los «malos» son los adultos que odian, incluso tratan mal a los niños, o quieren que se aburran (como en El slime gigante de David Walliams). Aunque siempre estas figuras aparecen contrarrestadas con personajes que representan «el adulto bueno».
5. TRANSMITEN UN MENSAJE DE TOLERANCIA ROMPIENDO CONVENCIONALISMOS. Ambos autores promueven la tolerancia y la aceptación no solo a través de sus argumentos, también creando personajes que se alejan de los estereotipos más habituales de la literatura infantil. Dahl y Walliams invitan a la reflexión, al pensamiento propio, y a la reafirmación del niño frente a convencionalismos sociales.
6. NIÑOS EMPODERADOS SIN SUPERPODERES . Los niños aparecen en sus historias como personas muy capaces, pequeños valientes sin superpoderes que se enfrentan a retos y dificultades venciendo sin necesidad de volar, controlar elementos o mover cosas con la mente. En sus libros los niños son personas que reflexionan, toman sus propias decisiones y resuelven situaciones difíciles.
7. VIDAS SORPRENDENTES. Roald Dahl y David Walliams comparten también vidas privadas de lo más originales. Además de escritor para niños y adultos, Roald Dahl, fue aviador, poeta, guionista, y presentador de TV. Mientras que David Walliams es conocido por sus múltiples profesiones como cómico, actor, escritor y presentador.
8. PADRES E HIJOS CONECTAN . Son muchas las generaciones que crecieron leyendo a Dahl y que inculcan a sus hijos su pasión por la obra del autor. El éxito de ambos radica también en que sus historias transcienden edad y generaciones. Son libros que no solo disfrutan los niños, también los adultos se divierten leyendo con sus hijos. Son historias que devuelven al adulto a su infancia conectándolo de nuevo con su olvidado niño interior.