Maria Bordallo (Madrid, 1980) es psicóloga y coach certificada de crianza consciente. Durante 15 años trabajó en cooperación internacional, destacando su labor como asesora en la Fundación de Bill y Melinda Gates. Era un trabajo soñado: ganaba un buen sueldo, tenía tiempo libre y “hacía el bien”. Pero, cuando se quedó embarazada de su segundo hijo, decidió parar motores y mirar hacia otro lado. Su experiencia como madre —tiene una hija de 9 años, un hijo de 3 y el hijo de su pareja, de 16 años, comparte con ellos la mitad del tiempo— y una formación en crianza consciente la ha llevado a fundar mamamaria, iniciativa a través de la que busca acompañar y resolver muchas de las dudas asociadas a la crianza y al deseo de ser madres o padres. Y lo hace desde Ámsterdam, ciudad en la que vive y en la que presenta, el 5 de abril, su personal proyecto.
¿Qué es, para ti, lo mejor y lo peor de la maternidad?
Lo mejor es la absoluta transformación de mi ser, la conexión con un poder interior brutal de intuición y amor mutuo, incondicional, y el ser testigo del desarrollo de estos humanos tan especiales paso a paso.
Lo peor es la culpa, la incertidumbre y el cansancio, a veces tan intenso. También el trabajo emocional que conlleva la responsabilidad de ser madre cada día, cada hora, y una madre que además quiere romper el ciclo de disfuncionalidad intergeneracional en la familia.
¿Cómo era tu trabajo antes de ser madre? ¿Y después? ¿Sufrió cambios significativos?
Era una gran workaholic. Viajé alrededor del mundo dando cursos en varios idiomas, viviendo la vida a tope. No paraba. Ser madre cambió mi trabajo de varias formas: Me volví más sensible, o reconecté con una sensibilidad que había enterrado para no sentir. Me volví más sensible con el medio ambiente y decidí dejar de volar por trabajo. Además, me transformé en consultora independiente, así que tenía más libertad para estar más tiempo con mi primera hija. Ahora, con mi segundo hijo, tengo la fortuna de trabajar solo 16 o 20 horas a la semana y dedicar más tiempo a la crianza.
El contenido de mi trabajo está dando también un giro importante con la creación de mamamaria. Un poco después de tener a mi segundo hijo, hace tres años, dejé un puesto muy prestigioso como asesora de Bill Gates y su fundación para estudiar Aware Parenting, una filosofía de crianza consciente, y crear mi nueva empresa. Cambié el tan ansiado poder que busca la sociedad —el poder del dinero, de los VIPS y las alfombras rojas— por el poder del contacto piel con piel con mi bebé, y el de poder transformar la vida de mi familia y seguir mi propia intuición. ¡Nunca me he arrepentido, ni un segundo!
¿Qué es mamamaria?
Mamamaria es una iniciativa con varias misiones fundamentales: Ayudar a las personas a tomar una decisión consciente sobre tener o no hijos, preparar a los futuros padres y madres a navegar el trabajo más difícil del mundo y romper el silencio sobre la dificultad del camino hacia la vida en familia, y hablar de la importancia de los primeros años de vida. Por medio de mis cursos y coaching ofrezco apoyo profundo, no solo para prepararse para tener un bebé, sino para ser padres y madres de un ser humano el resto de sus vidas. Es un apoyo tanto emocional como práctico (como el uso del tiempo) y financiero, ya que son las tres áreas que a mi modo de ver marcan la diferencia de la crianza.
Este proyecto nace de tres realidades brutales pero silenciadas muy a menudo:
- Que todos los caminos conducen a la infancia: Lo que nos sucede en la cuna a menudo nos acompaña hasta la tumba. En algún momento, en los primeros años de vida, se forman más de un millón de conexiones neuronales cada segundo, un ritmo que nunca se repetirá a lo largo de la vida. A los 3 años, el 80% del cerebro estará completamente formado. En el libro El cuerpo lleva la cuenta se dice que «nuestros cerebros son esculpidos por nuestras experiencias tempranas». Es entonces cuando se trazan las autopistas de nuestro cerebro. Aquí es donde se forman nuestros sistemas de creencias. Pensamos que los niños no recuerdan cosas, pero nuestros cerebros almacenan estos recuerdos de forma inconsciente. Y estos recuerdos rigen la gran mayoría de nuestras vidas y da forma a nuestras creencias y reacciones profundamente arraigadas. El estudio ACE —sobre Experiencias Infantiles Adversas—, arrojó una luz profunda sobre este tema. Dos tercios de los miles de adultos que fueron entrevistados, informaron al menos 1 ACE —como el abandono o el abuso—. El estudio también mostró correlaciones realmente altas con resultados negativos de salud, incluyendo enfermedades crónicas (que afectan mucho más a las madres), problemas de salud mental, abuso de sustancias y muerte prematura. La revista The Lancet señala un vínculo significativo entre la salud mental de los padres y el bienestar psicológico de sus hijos. Es asombroso, realmente, cuántos de nosotros, yo incluida, pasamos nuestras vidas adultas recuperándonos de nuestra infancia.
- Convertirse en madre conlleva una transformación profunda, un viaje a menudo descrito como “matrescencia”, que se equipara con la adolescencia en su profundidad y complejidad. Esta fase crucial de la vida remodela cuerpos, identidades, prioridades, relaciones y bolsillos. Cuando nace un hijo, nace una madre también. Y aunque la maternidad puede traer la transformación y las experiencias más increíbles para muchas, también puede sumergirnos en un proceso lleno de dudas, autodesprecio y desesperación. Pero son pocas las personas que se atreven a hablar sobre los dolores y peligros de la maternidad, como si eso significara que no amamos a nuestros hijos o que hay algo mal con nosotros. De hecho, es común querer con locura a tus hijos y no soportar la vida como madre, especialmente en el mundo moderno, tan carente de cuidados, contacto y conexión.
De ahí las siguientes estadísticas:
- El 40 al 60% de los padres experimentan burnout familiar (sí: no es exclusivo del lugar de trabajo).
- 1 de cada 7 mujeres sufre depresión posparto.
- 2 de cada 10 padres tienen ansiedad por la crianza.
- La satisfacción en la pareja disminuye en un 67% después de tener hijos.
- El 60% de los padres sienten soledad desde que tienen un hijo —nunca estás solo, pero te sientes aislado—.
- Esto me lleva a mi tercera observación desconcertante: la mayoría de los padres y las madres apenas se preparan para este cambio de vida monumental y para los años más importantes de la vida de sus hijos. ¿Por qué nos preparamos para casi todos los aspectos de nuestras vidas—carreras, matrimonios, comprar una casa—con dedicación meticulosa, pero cuando se trata de la maternidad/paternidad, un rol que moldea el futuro de un nuevo ser humano, adoptamos un enfoque de aprendizaje sobre la marcha? ¡La brecha en la preparación para futur@s padres/madres es tan amplia y desconcertante como los calcetines que desaparecen en la lavadora! Es como si la sociedad se encogiera de hombros colectivamente y dijera: “Ya irás viendo”, como poner a alguien en un avión y esperar que pueda volar.
Esto nos lleva al meollo del asunto: la importancia de prepararse para ser padres conectados, responsables y emocionalmente disponibles, y obtener todo el apoyo necesario para criar a un niño.
¿Cuál es el espacio físico, emocional y financiero que estamos dando a este rito de paso crítico?
Se trata de comprender el desgaste emocional y físico que puede implicar y asegurar que haya un sistema de apoyo en lugar. Se trata de abrirse y hablar sobre el abuso, el abandono y la disfuncionalidad que muchos de nosotros hemos experimentado en nuestra infancia para poder cambiar. Dejemos de decir que nada te prepara para la maternidad y la paternidad, y empecemos a ayudarnos mutuamente para este viaje sin final.
¿A quién está dirigida esta iniciativa?
A personas que tienen dudas sobre tener o no hijos, que quizás tienen miedos de repetir prácticas no saludables que vivieron en su propia crianza, o que tienen muchas otras dudas.
A personas que ya están en el proceso de tener hijos (intentándolo o ya en medio de un embarazo) y quieren prepararse.
A personas con hijos que lo están pasando mal, que están al borde del colapso, cuyos hijos tienen problemas emocionales y quieren cambiar y mejorar su conexión con la familia.
¿Cómo es posible entrar en esta comunidad que estás creando?
Siguiéndome en Instagram y recibiendo mi newsletter (por el momento, solo disponible en inglés).
Un comentario
Que interesante, es un tema que nunca se aborda y que tiene una profundidad impensable,