Nosotras, que seguramente nos habremos sentido diosas del sexo en muchas etapas de tu vida, no estamos avisadas de que el cuento cambia cuando tenemos a nuestras criaturas en brazos. Y es normal: tu cabeza deja de priorizar la seducción y ese espacio mental pasa a estar ocupado, casi en su totalidad, en la crianza y el cuidado de un pequeño ser dependiente, en sus primeros meses de vida (incluso en sus primeros años de vida), de su madre. Los espacios donde encontrarse (bailando en un bar, tomando unas copas de vino en una cena íntima, tumbados en el sofá viendo una película) se vuelven difíciles de hallar con la llegada de un nuevo miembro a la familia. ¿El deseo en una madre muerta de sueño, con un cuerpo que ha cambiado y que no reconoce, continuamente interpelada por sus criaturas? ¡Nadie sabe dónde se esconde! De esto hablamos, también, en el Volumen II de MaMagazine: ¿Dónde ubicar el deseo sexual tras la maternidad? ¿Es, acaso, otro mandato de nuestra sociedad, como recuperar el tipo inmediatamente después de dar a luz? Si comenzásemos a asumir que también la gestación, el parto, el postparto y la lactancia son una parte importante de nuestra sexualidad, quizá nos sentiríamos menos frustradas. No debemos dejar que nuestro deseo dependa de expectativas ajenas. Hagamos caso a nuestro instinto y a nuestras ganas. Superada la etapa del postparto que, por supuesto, dura más de cuarenta días, recuperados el ritmo del cuerpo y de nuestras vidas, tendremos más oportunidades para crear “esos” momentos que son la sal y la pimienta de la vida. El sexo es, muchas veces, un estado mental. Con el ánimo de resolver nuestras dudas, hemos hablado con Rosa Navarro, sexóloga de Diversual, sobre el reinicio de las relaciones sexuales después del parto.
¿Dónde queda el deseo sexual tras el parto?
El embarazo y el nacimiento de un hijo suelen tener un fuerte impacto en la vida sexual de las mujeres. No solo se dan modificaciones físicas tanto a nivel corporal como hormonal, sino que también se producen cambios en los sentimientos y en el estilo de vida, conllevando transformaciones en las relaciones familiares, laborales y de pareja. El puerperio implica un periodo en el que hay que adaptarse a una nueva forma de vida. Aunque no es algo que ocurra de forma sistemática, esta transición en algunas ocasiones puede hacer que el deseo y la vida sexual queden relegados a un segundo plano. El aumento de la prolactina produce una reducción de los estrógenos y en consecuencia un menor deseo sexual, lo que también explicaría una baja libido y excitación.
¿Cómo recuperar la intimidad y el deseo tras dar a luz?
Las primeras relaciones sexuales tras el parto pueden generar reticencias. La comunicación en la pareja es un punto de partida muy importante para retomar la vida sexual. Exponer y compartir los miedos con el compañero ayudará a combatir y cuestionar algunas ideas y sentimientos de vergüenza sobre el propio cuerpo. Debido al embarazo se han producido muchos cambios a nivel físico que pueden generar inseguridades. Compartir cómo nos sentimos hará que nuestra pareja pueda también adaptarse a la nueva situación y proporcionar el refuerzo que necesitamos en ese momento.
Empezar de menos a más, practicando otro tipo de muestras de afectos alejadas de la penetración es también una forma de reengancharnos a nuestro deseo y erotizar de nuevo nuestra relación. Las caricias, besos y la masturbación son una forma más de sentirse de nuevo conectados y demostrar el afecto y el deseo que la otra persona nos genera.
¿Por qué se ve tan resentido el deseo tras la maternidad?
Es frecuente que aparezcan miedo y preocupación asociados a la cicatrización, el posible dolor, o un nuevo embarazo, y esto puede repercutir de forma negativa en el deseo y excitación. Los cambios corporales también pueden afectar a la autoestima y al autoconcepto, haciendo que las mujeres se sientan menos deseables y esto influya en su forma de sentir la sexualidad.
¿Cómo evitar que la recuperación de la vida sexual lleve aparejado un sentimiento de culpa? ¿Cuáles son las expectativas en cuanto a la recuperación de las relaciones sexuales?
Se pueden dar sentimientos de culpa asociados, por un lado, a los cuidados que el bebé requiere y a estar descuidándolos por estar reiniciando la vida sexual. Otro sentimiento de culpa puede venir por el hecho de practicar sexo en la misma habitación en la que se encuentra el bebé, considerándolo incluso una falta de respeto. Es importante entender y conocer qué implica el postparto. Estar bien informados nos permitirá realizar un reajuste de dichas expectativas, poniendo en contexto la nueva situación y todos los cambios que se han producido. No tener un conocimiento real de cómo se recupera el cuerpo de la mujer tras el parto puede inducir a pensar que a los pocos días ya se pueden retomar las relaciones sexuales con normalidad. Saber lo que realmente sucede en cada momento nos hará adaptarnos las etapas que se van a ir sucediendo y programar qué tipo de actividad sexual vamos a poder practicar.
¿Hay alguna manera de fortalecer la reconexión entre las parejas tras el parto/postparto?
La capacidad de adaptación en esta etapa es clave. Apoyarse y hacer equipo con la pareja favorecerá la comprensión y nos predispondrá a aceptar mejor la nueva situación y a dar pie a dejar que el otro pueda expresar sus necesidades y llegar a un consenso en temas como la vuelta a la rutina sexual.
Es muy común que en esta etapa todos nuestros esfuerzos y energías estén centradas en la maternidad, dejando de lado la existencia de la mujer como individuo, más allá del papel de madre. Toda la atención está dirigida y focalizada en el recién nacido, al que evidentemente hay que proporcionar unos cuidados, que representan una gran inversión de tiempo y esfuerzo. Buscar espacios para compartir pequeños momentos en pareja es clave para recordarnos que aparte de cuidadores también necesitamos ser cuidados. Podemos aprovechar esos momentos de rutinas de comidas y descanso del bebé para realizar actividades que se puedan compatibilizar. Compartir una cena en casa un poco más especial, ver una película juntos o tener una conversación calmada puede ser suficiente para fortalecer la conexión de pareja.
¿Qué juguetes o dispositivos puede ser nuestros cómplices y por qué?
El uso de juguetes eróticos puede ser una herramienta muy poderosa para reavivar el deseo y volver a conectar con nuestra sexualidad tras el parto. De forma individual puede conseguir que volvamos a conectar con nuestro cuerpo y nuestro placer. Ante el miedo a notar dolor o molestias durante la penetración, una buena opción son los succionadores de clítoris. Permiten recuperar sensaciones y tienen un diseño que proporciona una estimulación que no se percibe como muy invasiva. En el ámbito de la pareja, los juguetes eróticos pueden ser muy beneficiosos para reforzar la relación. Introducir nuevas prácticas y tipos de estimulación permite introducir un aliciente para redescubriros sexualmente. Un anillo vibrador y algo de cosmética erótica son una buena alternativa para empezar. Conforme más cómoda se sienta la pareja, se puede ir introduciendo otro tipo de juguetes, como los vibradores tipo pinza.
¿Y qué sucede con el suelo pélvico?
En este momento, el suelo pélvico se encuentra más sensible y distendido. Cuidar de nuestra musculatura pélvica va a repercutir de forma positiva en nuestra salud general y también en nuestra salud sexual. Por ello es muy importante realizar una valoración del estado en el que se encuentra por parte de un experto del suelo pélvico y no dejarse llevar por modas o consejos de personas no expertas. Estos profesionales nos podrán ayudar a valorar el mejor método para la recuperación tras el parto. Es muy común que los expertos en suelo pélvico recomienden y complementen sus sesiones en consulta con distintas herramientas. Aunque las más conocidas son las bolas chinas, existen otro tipo de productos como las pesas vaginas, set de ejercitadores o vibradores que se utilizan de forma recurrente en consulta.