ZARAGOZA. LA CIUDAD DE PILAR.
Sí, la Zaragoza de Pilar. No El Pilar de Zaragoza. Que también, claro. Pilar es madre, amiga y abuela. Y si te gusta conocer las ciudades tal y como las viven sus vecinos, te encantará esta sección. Esta es la guía de Zaragoza según Pilar. Mi madre.
Mis sitios favoritos en Zaragoza para…
Comer en familia. Somos una familia muy amplia, y cada vez que celebramos un cumpleaños nos juntamos tres generaciones a celebrar. Nos encanta la comida aragonesa, por eso aprovechamos cualquier motivo para tomar unas buenas migas en La Miguería, en pleno Tubo de Zaragoza. Allí podéis encontrar desde las migas clásicas con longaniza y uvas hasta otras menos canónicas con chocolate y naranja. El templo de la verdura en Zaragoza se llama Casa Lac, un local que data de 1825, también en la zona de El Tubo. Tras estar cerrado durante cinco años para acometer las reformas necesarias de un local con casi doscientos años de historia a sus espaldas, abrió sus puertas de nuevo en 2008, a la par que otros locales míticos como El Plata (este último más para beber que para comer).
Pasar el rato con mis amigas. He trabajado toda mi vida en el mismo lugar: el Hospital Miguel Servet de Zaragoza. Allí, además de radiografías, hice amigas con las que compartí mi día a día hasta nuestra jubilación. Aunque ya no nos veamos a diario, como antes, intentamos juntarnos todas las semanas a desayunar o merendar. Lo hacemos en La Bendita o en Doña Hipólita. Además de los cafés o los tés, no dejamos de probar las tartas caseras en nuestros encuentros. Ambos locales son ejemplos de la irrupción del vintage y la decoración industrial en los cafés de Zaragoza. En La Bendita, por ejemplo, además de tartas caseras, podemos estar horas mirando sus espejos, sus sillas o las lámparas que cuelgan de su techo. Doña Hipólita, que un día fue Paños Sesma, antaño almacenaba telas y uniformes escolares y ahora cuenta con una magnífica terraza que da a la preciosa plaza de San Felipe.
¿Un mercadillo? Intento no dejar de ir al Mercado Ecológico de la Plaza de San Bruno, donde los zaragozanos encontramos las mejores verduras de nuestra huerta. Además, nunca faltan los productos lácteos, los aceites. Hay dos mercados que son visita obligada a lo largo del año: El Mercadillo de Artesanía de la Plaza de Los Sitios que se instala durante las Fiestas del Pilar (octubre) y el también artesano Mercado de Navidad de la Plaza del Pilar, a ambos lados del Belén a tamaño real que ocupa gran parte de la plaza. En el de Los Sitios siempre buscamos los patés vegetales de La Conservera del Prepirineo. En Navidad, nos llevamos a casa ramitos de muérdago de Flores Aznar y abundantes cosquillas de anís de Mañeko.
Una excursión de día. Aragón es una comunidad llena de vida, aunque Teruel sea una de las provincias con mayor nivel de despoblación del país. Aunque no está tan bien comunicado como querríamos, no dejamos de aprovechar las ocasiones que se presentan para conocer mejor nuestra tierra. Por eso, también en familia, nos encanta visitar la maravillosa villa de Albarracín y disfrutar de su gastronomía local. Llevamos a nuestros amigos a visitar el Monasterio de Piedra, un milagro de la naturaleza en forma de cascadas, lagunas y frondosa vegetación que alcanza su esplendor en las estaciones de primavera y otoño. También nos queda cerca el Prepirineo: algunas de nuestras celebraciones más felices han tenido lugar en Murillo de Gállego, con privilegiadas vistas a los majestuosos Mallos de Riglos.
Museos y espacios que enseñar a los de fuera. Zaragoza es una ciudad en ebullición y muestra de ello son sus museos y espacios culturales. Uno de los últimos en llegar ha sido el Caixaforum, donde disfrutamos de las exposiciones que suelen hacer parada técnica entre los centros de Madrid y Barcelona. También merece la pena conocer el museo dedicado al artista Pablo Gargallo, en el precioso Palacio de Argillo. Este espacio está dedicado de manera monográfica al escultor aragonés. El pasado romano de la ciudad sigue candente a día de hoy, y se puede observar en los restos de la muralla romana, el foro o el anfiteatro de Caesaraugusta. Por supuesto, además de los museos, no puede uno irse de Zaragoza sin visitar la Basílica de Nuestra Señora del Pilar o la Catedral de La Seo (Zaragoza es una de las pocas ciudades que poseen basílica y catedral al mismo tiempo). Los paseos que recomendaría por mi ciudad son tantos que no caben en estas líneas (me han pedido brevedad): La Aljafería, la ribera del Ebro, las tapas en El Tubo, que también son cultura viva de la ciudad…
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