Iratxe Larraia de la Vega es madre de tres, cuidadora de la mujer y su maternidad, psicóloga y doula. Sandra Cuadrado Nicoli es psicóloga, facilitadora y acompaña a las madres y parejas en sus procesos de gestación, parto y crianza. Juntas realizan desde hace años un exquisito trabajo llamado Ceremonia de cerrada, basado en los cuidados a la mujer, que permite el cierre físico, emocional y energético de ciclos vitales y creativos. Está inspirada en las tradiciones orientales y mexicanas, en los conocimientos de Iratxe y Sandra sobre psicología perinatal y en su propia experiencia en torno a lo materno.

Cuando una mujer se permite recibir una ceremonia de cerrada está diciendo un sí enorme a muchas cosas, sobre todo a reconocer la importancia del ritual en la sociedad actual y al increíble poder de los cuidados entre mujeres, las memorias que se despiertan, el efecto de esto a largo plazo. Un sí a la fuerza curativa de las plantas y aceites, el masaje y el rebozo, el agua y la escucha profunda del cuerpo. Es increíble cómo este trabajo, nos ayuda a entender/ sentir/ reconocer todo lo que se abre en un embarazo y un parto, a volver a transitar un posparto muchas veces descuidado, a colocar en su lugar todo lo vivido tras una experiencia así —su lugar no es otro que el que merecen lo materno y lo creativo en una sociedad: el principal, el más importante—. Cualquier mujer, sea madre o no, puede servirse de esta experiencia para conectar con su potencial creativo, su rol de hija o de madre, de creadora de vida o de proyectos, su ciclicidad,  en definitiva su poder. Es una puerta abierta hacia el camino de lo placentero, que para mí ahora es revolución. Es impresionante lo que se despliega cuando dejamos un hueco para el cuidado, un espacio para soltar.

Entrevistamos a Iratxe y Sandra para conocer más sobre esta ceremonia y sus beneficios.

 ¿Cómo definiríais vuestro trabajo en la ceremonia de cerrada?

Nuestro trabajo es ser canal de la sabiduría ancestral, escuchar y comprender a las plantas y flores con su medicina, y brindar nuestro cuerpo, alma y voz para cuidar desde la entraña y el corazón a toda mujer.

¿Va dirigido a algún momento concreto de la vida de una mujer?

Originalmente va dirigido al posparto, para cerrar el cuerpo de la apertura tan inmensa que conlleva parir y devolver cuerpo y alma a su lugar. Después esta ceremonia cierra ciclos, etapas, cambios y transiciones de la mujer en cualquier momento de su vida. Es un recordatorio de que, para renacer como seres nuevos, algo en nosotras tiene que morir.

Iratxe, ¿cuál es la huella de la maternidad en tu trabajo? ¿Sufrió cambios antes y después?

La maternidad es un gran pasaje a la transformación y revolución del ser, es un antes y un después, es como que lo anterior a la maternidad fuera una preparación para todo lo que viene después. A veces una se pregunta: ¿qué hacía yo antes de tener hijos?

¿Por qué es importante hoy en día abrir un espacio para este tipo de cuidados?

Más que un espacio, habría que vivir con este tipo de cuidados en nuestro día a día, tendríamos que ser todas hermanas y cuidadoras de nuestros cuerpos y almas. Cuando nos juntamos y nos atendemos unas a otras, vuelve el gozo y la calma a nuestro corazón que es nuestro hogar también y, entonces, irradiamos paz, amor, fuerza y sensualidad por todos los costados.

Estos son algunos de los testimonios de algunas madres que han pasado por las manos de Iratxe y Sandra en el último año:

“La cerrada, para mí, es un portal que te transporta a la mejor versión de ti misma, te limpia y descarga de los pesos que ya no necesitas,  abre la puerta del presente dejando el pasado calmado y, además, te deja en calma y da mucha fuerza para lo que viene adelante. ¡Es un momento único de sororidad entre mujeres donde dejas ver todas tus caras!”

“La cerrada  es un momento íntimo, de ir a tu núcleo, sentirte, abrazarte y ser abrazada.  Te transporta a otras vidas, al cuidado de antaño entre mujeres que se acompañaban de la mano… es sabiduría de nuestro pasado ancestral. Una experiencia preciosa de esencias, flores, colores, tejidos, agua, limpieza y amor entre mujeres”.

“La ceremonia significó la forma más amable de decirle adiós  a eso que tanto dolía y cargaba en mi espalda, rodeada de cuidados y amor”.

“Fue todo un lujo sentirme cuidada a niveles que no me imaginaba y me dejó con una sensación de limpieza profunda y de oportunidad para abrirme a lo nuevo, a la vida”.

“ La ceremonia de la cerrada ha sido un reencuentro con las mujeres que sanan mujeres y con la posibilidad de ser cuidada por un linaje ancestral del que yo también podré recibir”.

Todas las mujeres sabemos dónde está la verdadera medicina; en una sociedad que nos  infantiliza y relega a los espacios privados, que hace de la experiencia materna una lucha sin sentido en la que el trabajo no te permite maternar y los cuidados se dan de bruces contra lo laboral, es vital volver a estos lugares que siempre han existido, creados por y para nosotras, tan viejos y tan nuevos como la vida misma, donde hace tiempo que sabemos que todo ocurre siempre, en otro tiempo que el impuesto, con un ritmo en espiral.

Fotos de Marta Peñín (@martapeninfoto)