CRISIS, TEST, OPORTUNIDAD, POR PEDRO DE PABLO

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En este artículo, Pedro de Pablo reflexiona sobre las oportunidades que generan las crisis. Justo en este momento de crisis, hay motivos para el optimismo si vemos el mundo a través de nuestros hijos:

CRISIS, TEST, OPORTUNIDAD.

En noviembre de 2019, mi empresa sufrió un ataque informático: un virus se infiltró en los sistemas de varias empresas españolas y las dejó parcialmente inoperativas. El asunto fue muy sonado y supuso un fuerte revés para la empresas y su reputación. Tras el ataque, la empresa reaccionó: se mejoraron la seguridad, los accesos para el trabajo a distancia e incluso las herramientas de trabajo colaborativo.

Pocos meses después, cuando llegó la crisis del coronavirus y el confinamiento, nuestra empresa en dos días tenía trabajando al 99% de la plantilla en remoto. Todos nos dimos cuenta que el ataque informático nos preparó para adaptarnos al Covid de una manera rápida y eficaz.

En muchos medios se relaciona de alguna manera la crisis del coronavirus con el cambio climático: es algo que está en la mente de muchos; pero fue mi hijo pequeño quien me dejó de piedra cuando, un día en el balcón, me dijo que probablemente nunca había estado el cielo de Madrid tan limpio como ahora y que la falta de coches era muy buena para el planeta. Mi hijo fue capaz de no perder de vista nuestro problema principal ante la gravedad del momento. Y es que supongo que ellos tienen ya integrado el cambio climático como gran problema y saben que probablemente tendrán que enfrentarse a ello.

Esa es la idea principal de estas líneas: el coronavirus con toda su gravedad y crudeza puede que no sea tan grave como otros fenómenos que pudieran venir, y puede que sea una gran ayuda para preparar lo que pueda venir. Cuando un sistema se somete a gran presión van apareciendo debilidades que en condiciones normales quedan en un segundo plano; en esta crisis han aparecido en todos los niveles:

– A nivel planetario, no contamos con organismos internacionales capaces de dar respuestas comunes y consensuadas a problemas planetarios.
– A nivel europeo, falta visión de conjunto y solidaridad entre los países.
– A nivel nacional, el sistema autonómico muestra una total ineficacia para dar soluciones que requieren una respuesta mas allá de lo local y carece de elementos de coordinación entre administraciones.
– Y, bajando un poco más, en las unidades familiares confinadas y sin las vías de escape del día a día, estallan conflictos que estaban ahí, latentes y sin resolver.

Ver de frente la debilidad no es nada agradable, al contrario: es muy duro porque retrata esa parte que no es grata de mirar. Pero al aflorar los problemas también tenemos la oportunidad de reconocerlos, examinarlos, tratarlos y por ello estar más cerca de resolverlos.

Esperemos que sepamos mejorar todas aquellos problemas que esta crisis nos pone sobre la mesa.

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2 comentarios

  1. Que bonita reflexión. Se agradece un poco de optimismo para no quedarnos en la queja y ver las oportunidades de cambio en todo esto. Ojalá aprovechemos esta crisis para aprender a todos los niveles, desde el personal y familiar, hasta un nivel más global.

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VICTORIA GABALDÓN

Madre de Julieta y Darío, periodista y escritora. Creadora de MaMagazine, orgullosamente apoyada por una tribu de comadres poetas, escritoras, fotógrafas, creativas, ilustradoras, psicólogas, docentes y periodistas especializadas en maternidad.
Pedro de Pablo es padre, programador de aplicaciones informáticas, feliz y autor ocasional de haikus.

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