LAURA ALCOBA: “ME ACERQUÉ AL ESPANTO Y, DESPUÉS, AL AMOR QUE SALVA”
26 de junio de 2023
Laura Opazo (@laura_opazo) a y yo orbitábamos, sin saberlo, en círculos bastante concéntricos y reducidos. Trabajamos en el mismo grupo editorial sin coincidir en tiempos. Compartimos amistades. Antes de ponernos cara por fin, hace pocos años, ambas habíamos escuchado hablar la una de la otra. Teníamos amistades en común. Intereses en común. Y, para colmo, el día que nos conocimos descubrimos que, además, éramos vecinas. Suerte la mía, porque encontrártela siempre con la sonrisa puesta es algo que te alegra el día. Y, más suerte todavía, es algo que pasa con relativa frecuencia.
Laura siempre ha sido una apasionada de la moda. Quizá trabajar en el sector editorial (en revistas como Vanidad o Harper’s Bazaar) la enganchó a ella. Ella misma confiesa que se dejó arrastrar por la vorágine consumista sin pararse a reflexionar ni en medir las consecuencias de sus actos. Pero todo eso cambió el día que decidió ir un poquito más allá (más abajo nos lo cuenta) y comenzó a ser consciente de que, cambiando sus hábitos de consumo y aproximándose a un modelo más sostenible, ganaba la industria textil de calidad, ganaba su bolsillo y ganaban sus estilismos. Y, por supuesto, también gana el planeta, que falta le hace.
Laura está licenciada en Publicidad y RR.PP. Pero, ante todo, es una gran comunicadora especializada en moda, ámbito en el que trabajo desde 2001 en diversas áreas como estilismo, marketing, publicidad e imagen, experiencias que le han dado una visión holística del sector. Ha trabajado en empresas como El Deseo y en firmas de moda como Omega y Jesús del Pozo, entre otras. El Curso de Moda Sostenible impartido por REAS y el Mercado Social de Madrid aumentó su expertise y, en la actualidad, podrás verla colaborando en radio y televisión, labor que compagina con la docencia. Laura es una mujer todoterreno, una “costurera de descosidos” (de casta le viene al galgo), una sonrisa andante y una gallega de bandera.
Además de todo lo que sabe hacer, tiene la virtud de hacerlo con cariño, respeto y gran conocimiento de causa. Tras años de estudio y dedicación a la moda sostenible, hoy nos presenta su vástago editorial Armario sostenible, una guía imprescindible para perder el miedo y comenzar a cambiar hábitos de consumo en lo que a prendas de vestir se refiere. Escrito desde la curiosidad y acompañado de una impecable investigación, este libro es una guía que fomenta el consumo responsable, plagado de datos curiosos y anécdotas que harán que nos replanteemos nuestra relación con la moda.
Para celebrar este nacimiento, Laura Opazo nos concede esta pequeña entrevista y nos da consejos para comenzar, nosotras también, una nueva relación, más equilibrada y sostenible, con nuestros armarios.
No hubo un clic concreto a partir del cual comenzase a mirar desde otro punto el mundo de la moda: fue la suma de varias cosas lo que despertó en mí el interés por cambiar mi forma de relacionarme con el consumo. Hasta entonces, yo era un auténtico anti-ejemplo, la perfecta consumidora para el sistema capitalista. Sentía necesidades constantemente y gastaba sin preocuparme de las consecuencias a todos los niveles.
Fui sintiéndome más vacía con el paso del tiempo y, curiosamente, ni siquiera vestía mejor porque había pervertido mi propia personalidad al son de lo que marcaban las tendencias. Lo que más resonó en mí fue ser consciente verdaderamente de cómo se estaban haciendo y cocinando las cosas en la trastienda de muchas fábricas. Por entonces, trabajaba en la tele presentando programas de moda en los que, por 50 euros, tenía que mostrar cómo hacer une estilismo completo. A veces recurría a tiendas de trueque o segunda mano pero muchas otras veces, pues… te podrás imaginar.
La guinda fue saber que muchos trabajadores de la industria del denim estaban enfermando de silicosis por culpa del sandblasting (proceso de desgastado de los jeans que se hace con arena y consigue ese efecto sobre el tejido), y que a nivel medioambiental esta industria estaba siendo devastadora. Abrí tres frentes: el social, el medioambiental y el personal y dije “basta”.
Imagen: Miguel SernaEl cambio comienza desde el autoconocimiento.
Muchas veces consumimos mal, nos dejamos arrastrar por las tendencias y compramos cosas que no necesitamos, fundamentalmente porque no nos conocemos. Esto nos ayuda a ser conscientes de quiénes somos y qué mensaje queremos mandar al mundo. Vestirse es un acto político, nos guste o no. La forma en la que consumes y tus elecciones dibujan el mundo que quieres vivir.
¿Sabes que existe un día al año que no tiene un día fijado en el calendario? Ese es el El día de la sobrecapacidad de la Tierra y varía cada año. Se calcula tras comparar la demanda anual de recursos naturales con la capacidad que realmente tiene la Tierra para regenerarlos. El 29 de julio de 2019, la organización Global Footprint Network (GFN) informó de que se había agotado el presupuesto ecológico del año, algo alarmante porque ha superado en tiempo récord la marca de años anteriores. Concretamente, su fecha se ha adelantado dos meses en los últimos veinte años.
El 70% de la superficie del planeta es agua, pero de esa cantidad, solo el 2,5% se considera dulce. De esta, el 90% está congelada en la Antártida y solo el resto se encuentra en depósitos subterráneos, en ríos y lagos. Esto nos ayuda a entender que el agua potable es un recurso escaso y limitado. La producción de algodón, por su parte, es responsable del 22,5% del uso global de pesticidas, mientras que el teñido y el tratamiento de los textiles generan del 17% al 20% de la contaminación del agua de origen industrial.
Para elaborar una camiseta se estima que en total se destinan unos 2.700 litros de agua durante todo el proceso, que va desde la producción de la materia prima (siembra de semillas, riego, fertilización), hasta la elaboración del tejido (procesado, hilado, lavado y teñido), el transporte, el uso doméstico (lavado, secado y planchado) y el desecho (incineración, depuradora de agua).
El sector textil está investigando nuevos materiales hechos a partir de materiales que hasta ahora considerábamos desechos, como restos de lana, basura plástica o pieles de frutas: Seda de naranja, tejido de té de Kombucha, cuero de seta…
Imagen: @laura_opazoEs un patchwork total. Una mezcla de la consumidora que era y de la que soy actualmente.
Tengo prendas de la industria textil low cost, aunque pocas, mezcladas con piezas de segunda mano, algunas piezas de diseño de autor, firmas de moda sostenible y artesanía de vanguardia.
Afortunadamente, mi madre siempre me enseñó a apreciar la calidad de las prendas (ella es una excelente costurera) y en mi pasado invertí en piezas que me acompañan desde entonces, casi dos décadas después, y que están en perfecto estado a pesar del uso.
Tengo prendas de fondo de armario de calidad y luego prendas especiales que elijo acordes a mi personalidad.
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