Empiezo esta historia contando una pena. Hace dos meses sufro dolor lumbar. Creo que es por trabajar en la mesa del salón de mi casa, en una silla no fabricada para aguantar jornadas maratonianas de trabajo. Todos los días, sobre las 5.30 de la mañana, me despierta un intenso dolor. En fin. Ya he cambiado de silla. El caso es que, hace pocos días, acudí a mi fisioterapeuta para pedirle ayuda. En su consulta tiene un cartel que siempre llama mi atención. Es algo que dijo Hipócrates y dice así: “Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina”.
Elizabeth González es nutricionista colegiada, Licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Está especializada en salud hormonal femenina, en Biología y Patología perinatal y es asesora de lactancia materna. Elizabeth tiene clara la importancia de una nutrición adecuada no solo para nuestras criaturas, sino para nosotras mismas. Sus embarazos, como los de muchas de nosotras, fueron momentos perfectos para la reflexión, para poner negro sobre blanco lo que era importante: los cuidados, los autocuidados, una alimentación equilibrada —pues comer bien es una manera de autocuidado— o el establecimiento de una relación sana y respetuosa. Elizabeth vincula, además, la importancia de la nutrición a la fertilidad, el embarazo o el postparto.
Acaba de publicar el libro Mamá Slow, una completa guía de nutrición para cuidarse y cuidar nuestras criaturas en todas las etapas de la maternidad. Este manual ha nacido a partir de la propia experiencia de la autora y los testimonios de cientos de mujeres reales que han pasado por su consulta. Mamá Slow es el libro que la propia Elizabeth buscaba en su momento mientras vivía con incertidumbre la posibilidad de quedarse embarazada, después de lo que ella denomina “el accidente”; su vida cambió tras recuperarse de una trombosis profunda en la vena subclavia que le enseñó a priorizar el amor, la conexión y la espiritualidad.
Hablamos con ella sobre su experiencia materna —Elizabeth tiene un hijo de 5 años y una hija de 3— y sobre la importancia de ofrecer toda la información posible sobre el poder de los alimentos para mejorar nuestra salud. La naturaleza sigue siendo nuestra mejor botica y la prevención la mejor política sanitaria. En nuestra mano está elegir lo que consumimos y hacerlo de manera respetuosa con el medio que nos rodea.
¿Qué es, para ti, lo mejor y lo peor de la maternidad?
Lo mejor de la maternidad ha sido el crecimiento acelerado que me ha regalado en muchísimos ámbitos, mis hijos me han regalado una mente más abierta y receptiva. Y tenerles cerca me ayuda mucho a tener los pies en la tierra y no estar todo el día trabajando.
Lo peor, es algo que estoy poco a poco convirtiendo en lo mejor. Quiero pasar tiempo con ellos así que tengo que priorizar. Siempre hay muchas cosas que hacer y la falta de tiempo es el denominador común de casi todas nosotras. Por eso, en vez de hacer miles de listas de tareas, a las que siendo realista, nunca llegaré, he cambiado de método y ahora decido cada mañana qué voy a hacer hoy que va a marcar la diferencia. Elijo una sola cosa. Y me centro en eso. Lo demás, ya se hará.
¿Cuál es la huella de tus hijos en tu trabajo?
Ellos han son mi mayor inspiración y mis mejores maestros. Siempre he sido una persona muy empática y ahora, cuando escribo, cuando creo un curso o tengo una paciente frente a mí, cuento con todo lo que mis hijos me han enseñado en nuestras propias vivencias. Ellos me han hecho ser mejor profesional .
¿Cómo era tu trabajo antes de ser madre? ¿Sufrió cambios significativos?
Antes de ser madre trabaja muchísimas horas. Compaginaba una jornada de sol a sol en la consulta y además estaba investigando para el CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Era una auténtica locura. Muchas veces deseaba que ellos llegaran porque sabía que, según como queríamos criarles, todo aquello tendría que cambiar. Y sin duda cambió. Convertirme en madre me ayudó a poner en orden mis prioridades, a ser más yo y a poder dar al mundo desde ese lugar. No tanto pensando en lo que se supone que está bien visto o lo que se supone que hay que hacer. Ahora, lo más importante para mi son ellos y estar yo feliz e ir hacia mi propósito, porque sé que si ven eso en mi se llevaran uno de los mejores aprendizajes para su vida.
¿Cuál es el origen de tu pasión por la nutrición?
Siempre me han interesado tremendamente los remedios, las propiedades de las plantas y los ingredientes. Es algo que he vivido muy cerca en mi familia. Y después mi padre debutó con una diabetes algo complicada cuando yo era una niña. Ver todo aquello, que le hacía bien y que no, despertó en mí la necesidad de saber mucho más, ¡y ya no he podido parar! Es increíble lo que la nutrición puede hacer, cada día me sorprende de nuevo.
¿Qué es Mamá Slow?
Mamá Slow es el libro que todas las mujeres que son mamás o quieren serlo algún día tendrían que leer. Lleva consigo toda la información detallada sobre el papel de la nutrición durante la etapa más exigente y quizá más importante de la vida de la mujer, pero también la experiencia de más de 15 años en la consulta. Recoge todo lo que lleva años ayudando a cientos de mujeres, contado con todo el cariño y respeto con el que me hubiese gustado a mi contar en mi maternidad. Mamá Slow es ese abrazo que me gustaría dar a cada mujer, mientras le llevo un tónico perfectamente diseñado para el período en el que se encuentra y le digo: “todo va a salir bien. De verás que va a salir bien, respira y disfruta, no estás sola”.
¿Influye la alimentación en la fertilidad?
Es una pieza clave. La alimentación impacta de manera directa en nuestras células y por supuesto, también en las células reproductivas. La alimentación mejora nuestra fertilidad, aumenta las probabilidades de embarazo, ayuda a que el embarazo salga adelante y programa las células de nuestro bebé para que nuestros hijos sean adultos más sanos en el futuro.
¿Qué es importante no perder de vista, en este sentido, durante el embarazo?
La intuición de la mamá. Las mujeres durante el embarazo están íntimamente y de manera fisiológica conectadas con las necesidades de su bebé y las suyas propias. Hemos de escucharlas y desde ahí, ofrecer las mejores opciones que cuiden de ambos. En el libro he recopilado todas ellas para paliar muchos de los incómodos síntomas y para que la nutrición sea segura ante todo, pero también una fuente de cuidados y disfrute.
El postparto es un periodo habitualmente infravalorado. ¿Cuáles son tus recomendaciones durante este periodo?
Si, nunca se habla del postparto. En mi segundo postparto me volví loca buscando recomendaciones que me ayudasen y no encontré ninguna. Por eso era clave en Mamá Slow sacar todo esto a la luz. Contar qué sucede en el postparto. Por qué hay necesidades especiales. Porque también hay que cuidar a la mamá. Por qué es normal sentirse feliz y llorar minutos después, o sentirnos distintas o querer estar bien y recuperar nuestra figura. La nutrición en el postparto es tan poderosa… Poner en práctica todo esto ha sido una experiencia increíble tanto en mis consultas como en mis cursos. Ver cómo las mujeres se sienten fuertes, vitales, con confianza, plenas. Era indispensable compartir todo esto en este libro.
En tu libro hablas, también, de los beneficios de las plantas medicinales ¿Cuáles son tus imprescindibles y por qué?
Las plantas medicinales tienen propiedades increíbles, conocerlas y saber sus aplicaciones nos ayudan a prevenir y paliar muchísimas de las dolencias comunes. Pero para obtener sus verdaderos beneficios, es importante tener información. Precisamente porque son efectivas, es importante saber cómo combinarlas, que dosis utilizar, como añadirlas o cocinarlas. Saber las propiedades y usos de las plantas medicinales va a cambiar tu manera de ver la cocina, ahora será una gran oportunidad de cuidar de ti y de los tuyos.
Me cuesta elegir pero mis imprescindibles serían tomillo para la garganta, romero para la digestión y jengibre para cuidar nuestro estómago.