Dice Rivka Galchen (Toronto, 1976) en su libro Pequeñas Labores (Tránsito, 2023) que en la literatura hay más perros que bebés, y también más abortos. Y quizá tenga razón, pero yo soy optimista y creo que las cosas están cambiando. Quizá porque suena más alta la voz de las mujeres, quizá por el creciente número de escritoras publicadas, quizá porque cada vez seamos más las mujeres que buscamos desmitificar lo materno y, a la vez, colocarlo en las primeras páginas de los periódicos. La maternidad es un territorio literario tímidamente conquistado por las mujeres y suficientemente manido por los hombres. A las madres nos han escrito desde esa mirada y es ahora cuando nos toca escribirnos a nosotras mismas.
Rivka lo hace en esta preciosa edición de manera intermitente, como si se olvidara de apuntar una entrada en su diario. Lo hace a regañadientes, con esa oposición a escribir —o a leer— sobre lo materno que tenemos muchas mujeres antes de convertirnos en madres. Lo hace desde el cansancio y también desde el humor. Confiesa, pocas páginas después de comenzar su libro, que le resultó inevitable hacerlo: “Pero yo no quería escribir sobre la puma. Sobre todo porque nunca me habían interesado los bebés, ni las madres; de hecho, esos temas me habían parecido siempre perfectamente no interesantes; puede que hasta me repelieran las madres y los bebés como temas de escritura; y así, después de tener a la bebé, me encontré en la posición (ahora sí interesada en los bebés) de esos personajes políticos que no son capaces de comprender ideas a las que otros han llegado décadas antes hasta que cierto «conflicto» se cruza en sus vidas; como, pongamos, Dick Cheney con su hija, que se casó con una mujer”. Quizá sea la reflexión sobre ese rechazo a considerar lo materno como tema literario lo que provocó en ella, precisamente, la reflexión y la escritura de estas Pequeñas labores.
La forma fragmentaria de la escritura de Galchen este libro me hace recordar las palabras de la actriz y doula Laia Costa en una entrevista concedida a MaMagazine: “Es común caer en la comparación y concluir que antes todo era más fácil. Ahora está mi hija por encima de todo y yo tengo mis capacidades físicas, psíquicas y emocionales mermadas. Al principio no lo entendía. ¿Por qué mi agilidad mental ha desaparecido? ¿Por qué tardo tanto en memorizar este guion? ¿Por qué mi concentración ha empeorado tanto? ¿Por qué estoy tan irascible? ¿Por qué lloro ahora? ¿Por qué me siento superwoman por la mañana y un desecho humano esa misma tarde? Bien, hace casi tres años que no duermo una noche entera, eso puede ser un inicio en la repuesta, pero yo era incapaz de relacionar una cosa con la otra”. Escribir sobre la Puma, su hija, no solo es una necesidad, sino que responde a la inspiración provocada por una lectura anterior, la de El libro de la almohada, escrito durante el periodo Heian por Sei Shōnagon, dama de la corte, hace más de un milenio. Es este último un libro difícil de definir, compuesto por 185 entradas breves sin ser una historia de ficción, ni un diario, sino una miscelánea de retales escritos.
Aunque no es la primera vez que se edita en español Pequeñas labores (existe una edición previa traducida por Jazmín Barrera y Alejandro Zambra; la edición de Tránsito que nos ocupa está traducida por Inga Pellisa), es ahora cuando Sol Salama, su editora, ha decidido incorporarla a su catálogo: “He decidido editar Pequeñas labores porque me pareció un libro inteligente, sensible, tierno y divertido. Tanto en este libro como en Everyone Knows Your Mother is a Witch (una gran novela que parte de un juicio de brujería real sufrido por Katharina Kepler, la madre del matemático y astrónomo alemán Johannes Kepler, que publicaremos en Tránsito en 2024) queda claro que Rivka Galchen destaca por ser muy particular y tener una visión de las cosas entre dulce y mordaz que me interesa mucho”. Sol se encuentra en la recta final de su embarazo y también reflexionó sobre el interés por la maternidad como tema: “Es cierto: parece que es necesario atravesar la experiencia de la maternidad para sentirse conmovida por estos libros, cuando eso no nos ocurre con el duelo u otros temas. Mucha gente rechaza el tema de antemano porque le da pereza. Habría que apelar a la universalidad de las historias, comprender que la maternidad nos concierne como sociedad, pues está siempre atravesada de otros factores y cuestiones: institución familiar, clase social, etc.”.
La Puma tiene, ahora, nueve años. Y Galchen, su madre, contesta a nuestras preguntas:
¿Por qué llamabas a tu hija “la Puma”?
Cuando era un bebé me sorprendió que me pareciera tan poderosa y, a la vez, tan silenciosa. Sé que los bebés son más famosos por sus llantos, pero cuando era recién nacida, cuando no balbuceaba, me sorprendió su inesperado silencio. Además, como un puma en la noche, sentía su presencia en todas partes, incluso cuando no podía verla.
¿Es la maternidad un territorio cada vez más conquistado?
¡Una geografía interesante! Creo que es un área que cada vez más “expertos” han colonizado y de la que se habla más y, al mismo tiempo, cada vez menos, un dominio privado.
¿Por qué crees que el tema de la maternidad no resulta interesante hasta que no se es madre?
Yo también me lo pregunto. Parece una falta de imaginación por mi parte. Pero también, sospecho, un fuerte deseo de seguir siendo siempre una niña. Pensar en la maternidad parece inquietantemente cercano a cruzar a la edad adulta, cosa que tardé en hacer. Pero ahora miro hacia atrás y pienso: ¡es de locos!
Ahora que vuelves a hablar de tu libro, aunque hayan pasado años desde que lo escribiste, ¿cómo crees que ha crecido? ¿Le sigue gustando hablar de él?
De lo que estoy contenta es de que el libro me resulte ahora un poco ajeno. Recuerdo que ya entonces pensaba “estos sentimientos y pensamientos pasarán, ahora mismo solo puedo escribir sobre estos momentos de esta manera”. Sabía que, con el tiempo, perdería el contacto con la intensidad del momento. En ese sentido era como una carta de amor de juventud. A cualquier edad, desde la más tierna hasta la más avanzada, tenemos una inteligencia única y también una insensatez única, así que es agradable leer y escribir a través del tiempo y la edad.
Aunque en los libros sigue habiendo más perros y abortos espontáneos que bebés, parece que la tendencia está cambiando lentamente. ¿Imaginas por qué?
Cuando publiqué mi primera novela, casi todas las editoriales de Estados Unidos estaban dirigidas por un hombre (pero no la maravillosa New Directions). Ahora, todas las editoriales que conozco están dirigidas por una mujer. ¿Qué ocurrirá después?
¿Qué libros sobre la maternidad te ha gustado leer? ¿Cuáles te han inspirado a la hora de escribir?
Midwinter Day (New Directions, 1985), de Bernadette Mayer, que es una especie de poema largo y también un diario, el libro “sobre la madre” más magnífico que he leído. Es solo un día, de principio a fin, filtrado a través de su conciencia, siendo además madre de tres hijos. Los Sonetos de Mayer también tienen algo materno, aunque no vaya explícitamente de eso.
¿Qué significa este libro para ti? ¿Qué recuerdas del periodo de tiempo en que lo escribiste?
Es un poco raro decirlo, pero dado que este libro se escribió de forma inconsciente y algo rápida, y desde un lugar de amor abrumador, es el libro que supongo que significa más para mí. ¿Más qué? Es el que más siento que escribí mientras dormía, en el buen sentido. Confío más en mi yo dormido que en mi yo despierto, para la mayoría de las cosas. Aunque no para conducir…
Pequeñas labores es una amalgama literaria singular y embriagadora que encuentra su principal fuente de inspiración en el fascinante El libro de la almohada, la obra maestra del periodo Heian escrita por la dama de la corte Sei Shōnagon. Igual que en aquel magnífico ensayo digresivo, pieza inaugural del género conocido como zuihitsu, la prosa de Galchen traspasa las fronteras de los géneros para revelarnos las pesadumbres, debilidades y cavilaciones de una escritora excepcional que atraviesa la experiencia común y al mismo tiempo extraordinaria de la maternidad con enorme perspicacia y sentido del humor. Un prodigioso gabinete de curiosidades, historias, listas y apuntes compuesto desde el asombro de la propia vivencia por una de las autoras más sensibles, talentosas y elegantes de nuestra época.