Conocí el trabajo de Chloé Sucrée hace años, cuando iniciaba su proyecto Being Biotiful, un blog de cocina vegetariana donde comparte planificaciones de menús semanales y su estilo de vida. Esta fotógrafa, mitad suiza, mitad belga y afincada en Barcelona cambió mis tardes de los domingos para siempre pues, de repente, empecé a encontrar sentido a cocinar durante esas horas muertas para poder comer mejor el resto de la semana. Fue ella la persona a la que asocio, desde entonces, el método batch cooking. En ese momento, Chloé compartía semanalmente recetas y planes. Más tarde, su proyecto fue evolucionando hacia una app a la que se sumó la posibilidad de adquirir los ingredientes con los que cocinar. Pero Chloé no se quedó ahí y, para alegría de sus seguidoras, publicó varios libros: Being Biotiful (2019), Simply Biotiful (2020) y Biotiful Kids (2021). Ahora, presenta Biotiful Moments, un delicioso compendio de recetas que nos acercan a la cocina sana, natural, vegetariana y de temporada.
Chloé es madre de Elliot y Lou (de 8 y 6 años, respectivamente). Su maternidad, por supuesto, influyó en su trabajo a varios niveles: “mi maternidad ha influido a nivel organización, logística, concentración, paciencia… desde que soy madre, tengo que hacer malabarismos. Trabajo hasta las cuatro de la tarde, momento en el que los recojo del colegio, así que tengo que organizar bien mi tiempo”.
¿Qué es, para ti, lo mejor y lo peor de la maternidad?
Yo siempre quise ser madre, y madre joven. Mis hijos son mi mayor logro. Me encanta pasar tiempo con ellos, verlos crecer… lo mejor es todo. Si hay algo peor es que, al final, perdí tiempo para mí. Te olvidas de ti entre la vida, el trabajo, los niños…
¿Cuál ha sido la evolución de tu proyecto, desde que comenzaste a colgar tus primeras planificaciones hasta ahora?
Desde muy pequeña tuve problemas de digestión, siempre me encontraba mal. Al principio, los médicos no sabían lo que tenía. Comencé a cambiar mi alimentación… y a ver cómo ese cambio me hacía sentir mejor. Comer muchas verduras, de temporada, me ayudó mucho. A partir de mi experiencia, abrí un blog para ayudar a gente como yo. Quería compartir mi historia y mi experiencia. Empecé a compartir recetas muy sencillas, con fotos muy cutres… pero se fue creando, poco a poco, una comunidad preciosa. Hice más recetas, cursos de fotografía para mejorar la imagen de mi proyecto… Una agente literaria me contactó para presentar a editoriales un libro que contase mi historia y mi recorrido. También saqué la app Biotiful Plan y comencé a escribir mis libros y a hacer colaboraciones. Todo surgió de manera muy orgánica: compartí mi problema y fui creciendo. Al principio estaba un poco frustrada porque notaba que mi pasión era la cocina, pero no sabía cómo darle forma o monetizarlo.
De las recetas que incluyes en este libro, ¿cuáles son los platos favoritos de tus hijos?
Hay unos muffins de zanahoria sin azúcar, endulzados con plátanos y dátiles, buenísimos. Les encanta la lasaña de calabaza, los noodles con tofu y brócoli, la tortilla de patata con cebolla caramelizada, la moussaka, la nutella de cuatro ingredientes, una cookie gigante que se cocina y come en sartén… hay un montón de recetas ideales para los más pequeños.
¿Y tus favoritos?
Me encanta la lasaña de ragú de champiñones, los rabanitos horneados, el arroz con kale, kimchi y algas —una receta con mucho umami—, el ramen… ¡están todas riquísimas! Es difícil elegir entre un hijo y otro, quiero decir que es difícil decidirme por uno de mis libros, pero es que en este libro hay muchas recetas que me encantan. Todo es reconfortante, apetecible…
¿Cómo conociste el método batch cooking?
Cuando mis hijos eran pequeños fui consciente de que necesitaba organizarme desde otro lugar para optimizar mi tiempo. Cada vez que entraba a la cocina ensuciaba muchísimo solo para una receta. Y pensé que no podía seguir así, necesitaba hacer mi tiempo más eficiente. Fue en ese momento cuando descubrí el batch cooking, que en países como Francia está más asentado.
¿QUIERES CONOCER LA COCINA DE CHLOÉ? TE PROPONEMOS DOS RECETAS SENCILLAS Y RIQUÍSIMAS DE SU LIBRO BIOTIFUL MOMENTS
Risotto de queso con setas crujientes
El risotto es el plato que yo prepararía para conquistar o impresionar a alguien. No es una receta difícil: el truco es tener todos los ingredientes listos en el momento en que vayas a cocinarlo. La base es sencilla, de queso, y qse sirve con shiitakes crujientes para lograr un contraste de texturas.
para las setas
300 gr. de shiitakes frescos
4 dientes de ajo
2 cucharadas de aceite de oliva
media cucharadita de sal
pimienta recién molida
una pizca de cayena en escamas
1 cucharadita de tomillo fresco
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Media cebolla blanca
1 cucharada de mantequilla + 2 cucharadas de mantequilla
3 cucharadas de aceite de oliva
media cucharadita de sal
200 gr. de arroz arborio
80 ml. de vino blanco
1 l. de caldo vegetal
100 gr. de parmesano
servir con
parmesano
pimienta
Enciende el horno a 200°C. Limpia con cuidado los shiitakes frescos y córtalos en dos. Colócalos en una bandeja mediana de horno y añade los ajos picados finamente, el aceite de oliva, la sal, un poco de pimienta recién molida, una pizca de cayena en escamas y tomillo fresco picado. Combínalo todo bien y hornea unos 25-30 minutos o hasta que las setas estén crujientes y doradas. Mientras tanto, pica la cebolla finamente y calienta el caldo vegetal.
En una olla grande, pon una cucharada de mantequilla y el aceite de oliva. Agrega la cebolla picada con la sal. Mezcla y cocina a fuego medio durante unos 5 minutos sin que se dore la cebolla. Incorpora el arroz y mezcla unos segundos. Añade el vino blanco, sube el fuego y deja que se evapore. A continuación, ve añadiendo el caldo poco a poco (1 cup 0 250 ml cada vez); a medida que el arroz vaya absorbiéndolo, sigue añadiendo caldo hasta que el arroz esté en su punto. Por último, agrega el parmesano y dos cucharadas más de mantequilla, y mezcla bien.
Sirve enseguida en platos hondos, añade los shiitakes por encima y espolvorea más parmesano y pimienta al gusto.
Blinis con ricotta, higos, calabaza, cebolla encurtida y eneldo
Esta es la primera receta que me vino a la cabeza cuando empecé con este capítulo: los blinis o minipancakes. Puedes tenerlo todo preparado y montar los blinis al momento. Es un bocadito delicioso de finales de verano.
para los blinis
250 ml de bebida de avena
100 g de harina de trigo sarraceno
70 g de harina de arroz
½ cucharadita de sal
1 cucharadita de levadura seca
2 cucharadas de mantequilla derretida
1 huevo con la clara y la yema separadas
80 ml de buttermilk
mantequilla
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para la calabaza asada
½ calabaza cacahuete
aceite de oliva
sal
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para la cebolla encurtida
1 cebolla morada
80 ml de agua
80 ml de vinagre de manzana
media cucharadita de sal
sirve con
250 g de ricotta
10 higos
eneldo fresco
miel
Empieza preparando los blinis. Calienta un poco la bebida de avena para que esté templada. Mezcla en un bol las dos harinas, la sal y la levadura. Vierte la leche templada, mezcla, cubre y deja que repose una hora. Pasado este tiempo, agrega la mantequilla, la yema y el buttermilk. Bate la clara a punto de nieve e incorpórala mezclando con cuidado con una espátula. Deja reposar de nuevo 30 minutos.
Enciende el horno a 200°C y prepara una bandeja con papel de hornear. Pela y corta la calabaza en daditos y mézclala con un poco de aceite y sal. Hornea unos 25 minutos. Pela y corta la cebolla en rodajas finas. Ponla en un tarro con el agua, el vinagre de manzana y la sal. Mezcla y deja reposar 30 minutos.
En una sartén antiadherente, calienta un poco de mantequilla a fuego medio. Añade una o dos cucharadas de la masa de los blinis. Cuando aparezcan burbujitas, dale la vuelta y cocina un minuto más. Repite hasta agotar la masa. Sirve cada blini con una cucharada de ricotta, daditos de calabaza, un poco de cebolla encurtida, gajos de higos, una pizca de eneldo fresco picado y una cucharadita de miel por encima.
La intención de Chloé sigue siendo la misma: Ofrecerte 90 recetas para que te cuides y comas bien. Esta vez, además, quiere ayudarte a convertir cualquier momento alrededor de la mesa en algo extraordinario y singular. Para ello ha elegido 10 biotiful moments:
1. Brunchs, vermuts y BBQ con amigos
2. Feeling good
3. Cena para dos
4. Fiestas en familia
5. De picnic
6. Menú solo
7. Viajes en ruta
8. Merienda con niños
9. Post baby
10.Team teenager
Porque no es lo mismo preparar una cena romántica, que hacerte un caldo nutritivo cuando necesitas mimos o que llevar algo cómodo y resultón para una barbacoa con amigos.