SEXO Y ADOLESCENCIA
El tema es tan sencillo como abordarlo desde el principio, desde prácticamente el nacimiento: la sexualidad nace con nosotros y nos acompaña a lo largo de toda la educación de nuestros hijos, desde el mismo momento en el que al bebé le quitas el pañal y se lleva las manitas a sus genitales. Y hay padres que se asustan o incluso le quitan la mano y le dicen que no. Ahí, estás educando y no hay que reprimir. Es normal que el niño pequeñito explore y, si hasta ese momento tenía el pañal puesto, pues no podía y en el momento que se quita el pañal, se toca. Y esto es normal.
La educación sexual empieza en el mismo momento en el que tu hija de tres añitos te ve salir de la ducha a ti, ve salir de la ducha a su padre y te pregunta por qué tenéis cuerpos diferentes. No hay que eludir esos temas. No hay que esconder la cabeza como las avestruces. Hay que dar respuesta a todas las preguntas que nos hacen nuestros hijos utilizando un lenguaje adecuado. La sexualidad empieza también en el momento en el que el niño o la niña te dice que se toca porque le gusta y les explicas el porqué, o por qué no deben hacerlo en un sitio donde haya mucha gente. Esto son cosas habituales que nos encontramos con niños de tres y cuatro años; hay muchos padres que se asustan. Es una fase de su desarrollo por la que pasan la inmensa mayoría de los niños y no tienen que sentirse culpables ni sentir que están haciendo algo malo con una parte de su cuerpo.
La sexualidad nos sigue acompañando cuando nuestros hijos ven alguna escena tanto en la tele como en el móvil o en la calle, y nosotros, lejos de abordarlo con naturalidad y con respeto, lo reprimimos o nos enfadamos, juzgamos o criticamos. Siempre digo que tenemos que intentar aprovechar las oportunidades que tenemos en el día a día. Si estamos dando un paseo y vemos a dos chicos o dos chicas cogidos de la mano y ellos preguntan, aprovechemos para hablarles de la diversidad en el amor y contestar las preguntas que nos hacen nuestros hijos cuando necesitan respuestas. Y si educamos a nuestros hijos en una casa donde no obtienen respuestas, cada vez que salga el tema de la sexualidad, llegará un momento en el que dejen de hacernos preguntas, pero eso no quiere decir que ellos no tengan preguntas. Seguirán teniendo incluso más y buscarán las respuestas en otros lugares. Y si buscan las respuestas en otros lugares, no vamos a poder garantizar que la información que obtengan sea la que nosotros queramos. Así que vamos a educarles, a dar respuestas a todas las preguntas que ellos nos van haciendo, adaptándolas a su momento vital y a su lenguaje. Desde «¿de dónde viene los niños?» hasta «he visto esto en la tele» o «¿qué significa el porno, que había venido un niño en clase diciendo que…?» Pues se les explica. Y en El gran libro de Lucía, mi pediatra, abordo este tema porque son motivos de preocupación entre los padres, porque efectivamente nosotros no hemos sido educados en ello. Hay una de las partes donde explico cómo explicar a tu hijo preadolescente que es la pornografía, porque es un tema que, si tienes la confianza suficiente, llegará un momento en que tu hijo te pregunte o, si no te pregunta, tendrás que abordarlo. Y explicó cómo yo les contaba a mis hijos que la pornografía es al sexo como la ciencia ficción al cine, que si ven a Spiderman trepando por las paredes, pues no se creerán nunca que una persona puede trepar por las paredes o puedes saltar de edificio en edificio porque dan por hecho ya con 13 años que esos son efectos especiales y que son trucos que se utilizan en el cine, pues en la pornografía ha pasado lo mismo, que no deben buscar ese tipo de modelos en sus primeras relaciones, porque la sexualidad va mucho más allá de lo que ven. Lo que están viendo allí son actores, hay trucos y cortes continuos a lo largo de esas imágenes. No hay una relación de respeto en ese tipo de películas, no hay lugar a «ahora no», «esto no me gusta», «prefiero de otra manera», «no es no»… creo que son mensajes vitales que tienen que entender nuestros hijos a esas edades. Estamos hablando de 12, 13, 14 años. La edad media del contacto con la pornografía actualmente está en los 11-12 años, con lo cual a esas edades no deben aprender que ese es el modelo natural de relacionarse un hombre y una mujer o dos personas adultas. Esto es algo que descubrirán cuando sean más mayores, pero sus inicios no deben de ser así. La sexualidad entre dos personas, así les explico a mis hijos, es algo mucho más tierno, más respetuoso, más amoroso. Y eso son emociones que no se encuentran en la pornografía. Igual no que se encuentra en la ciencia ficción otro tipo de imágenes. La verdad es que mis hijos lo entendieron perfectamente y estuvieron muy atentos a toda la conversación. Espero que les haya sido útil.
Como siempre, maravillosa como comunicadora, madre y pediatra ♥️
Todo amor, Lucia, eres todo amor.
Que lindo Lucía conocerte más a través de esta entrevista. Gracias por visibilizar, por hablar de aspectos tan importantes como el postparto y por dejarnos frases tan maravillosas y alentadoras para nuestras vidas, la crianza y también para la relación con nuestros hijos y nuestros padres.