El próximo domingo 7 de mayo se celebra el Día de la Madre en España; sin embargo, las madres de la asociación PETRA Maternidades Feministas encuentran pocos motivos para la celebración. Por ello, durante la primera semana de mayo realizarán, bajo el lema ¿Y a las madres, quién nos cuida?, una acción reivindicativa en todas las comunidades autónomas donde tienen presencia con la pegada de carteles para visibilizar el valor de las maternidades y exigir una crianza digna en un momento en el que las madres siguen cuidando gratis.
Desde la asociación recuerdan que maternar es un acto político y denuncian “la falta de derechos y recursos” con los que se encuentran las mujeres antes y después de dar a luz, una circunstancia que influye en el retraso en la edad de la primera maternidad y en la frustración que sienten muchas mujeres al no poder cumplir su deseo de ser madres. “Desde PETRA Maternidades Feministas exigimos el derecho de cada mujer a maternar como desee, sin penalizaciones laborales, económicas, institucionales, ni sociales”, señalan. En ese sentido, sostienen que es “fundamental” que la maternidad se encuentre dentro de las propuestas de una sociedad que se pretenda corresponsable.
Descontento con la Ley de salud sexual y reproductiva y la Ley de familias
En 2022 se pusieron en marcha dos anteproyectos de leyes que afectan directamente a las madres: la Ley de salud sexual y reproductiva y la Ley de familias. De la primera denuncian que, pese a que se ha tenido en cuenta una de sus propuestas, la plasmación de esta en la legislación es “insuficiente”: “La ley de salud sexual y reproductiva reconoce un permiso preparto solo desde la semana 39 de gestación, de forma que olvida los procesos reproductivos (embarazo, parto, posparto, lactancia materna y puerperio) y, por tanto, no otorga medidas para ninguno de ellos”.
Desde PETRA Maternidades Feministas reclaman un permiso preparto retribuido y universal, para la protección de la última etapa del embarazo y del parto, similar al de otros países de Europa y también de Latinoamérica, mínimo desde la semana 36 de gestación hasta el momento del parto. “Es la única manera de que las madres no tengamos que recurrir a bajas médicas, ni a los duros requisitos para la suspensión temporal de contrato por riesgo para el embarazo”, recuerdan.
También exigen un permiso puerperal, universal y retribuido para facilitar la recuperación del parto vaginal o por cesárea, y el derecho de las madres a la instauración de la lactancia materna, la protección del posparto, exterogestación y puerperio, y que sea también aplicable en la recuperación física y psicológica de pérdidas gestacionales. Solicitan que comience una vez finalizado el parto y con una duración mínima de ocho semanas, al igual que ocurre en países como Alemania. “Legislar sin tener en cuenta la maternidad no es feminista. Consideramos que es un error obviar todos estos procesos en la vida de las mujeres que deciden ser madres. No es sostenible continuar haciendo oídos sordos a las necesidades de las madres. Estos permisos podrían haberse incluido en la Ley Orgánica de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo”.
Por lo que respecta a la Ley de Familias, desde PETRA Maternidades Feministas lamentan que hayan quedado fuera de la misma todas sus propuestas, incluido el aumento, universalidad y transferibilidad de los actuales permisos por nacimiento y cuidado del menor. “Las madres llevamos desde 1989 con el permiso de maternidad congelado y exigiendo su aumento, pero hasta ahora solamente se ha aumentado el permiso paterno sin que existiera una demanda social previa”, reivindican, y consideran “totalmente irresponsable” la utilización del presupuesto del permiso de maternidad para generar un cambio de mentalidad en los hombres y en las empresas, en lugar de para su verdadera finalidad: proteger una de las etapas más vulnerables de la vida y los procesos sexuales de las mujeres. “Como se preveía, los permisos iguales e intransferibles no han conseguido ninguno de sus objetivos, pero sí experimentan con la infancia y dejan a las madres totalmente desprotegidas. Respecto a las empresas, se debería transformar el mercado laboral para adaptarlo a la vida desde un enfoque no productivista, penalizando a quien discrimina”.
Prestación universal por menor de edad a cargo
Desde PETRA Maternidades Feministas sostienen que los permisos iguales e intransferibles han incrementado la precariedad de las madres: se estima que cerca del 40% ni siquiera tiene derecho a un permiso por nacimiento. “¿Qué pasa con las madres con empleos precarios, desempleadas o con las madres migrantes? ¿Y las familias monoparentales que actualmente están discriminadas con la mitad de tiempo de permiso? ¿Qué pasa con las madres de partos múltiples, a las que se les ha quitado una semana? ¿Y con las pequeñas autónomas que a veces ni siquiera pueden usar el permiso de maternidad debido a las condiciones de su trabajo? ¿Y a las mujeres que trabajan por turnos donde la conciliación no existe? Ser madre en nuestro país significa empobrecerse, aumentando la ya altísima tasa de pobreza infantil. Por eso es urgente que todos los recursos para la crianza sean universales”, reclaman.
Para la asociación, una legislación feminista debe pensar en las madres ampliando su permiso como mínimo a un año; y debe pensar en la diversidad, permitiendo, gracias a la transferibilidad, que se adapte a todos los modelos de familia y la universalidad de los permisos, para que cubran a todas las madres con independencia de su situación laboral y económica. “Las madres no deberíamos empobrecernos por realizar el trabajo más importante de la vida. Por eso es urgente, entre otras medidas: una prestación universal por hijo a cargo que construya un sistema de protección a la infancia y a la crianza digno y no asistencialista; la remuneración de reducciones de jornada y excedencias; y que se aumenten los días de permiso retribuido por enfermedades de nuestras hijas e hijos”, aportan.
¿A las madres quién las cuida?
Por último, la asociación señala que las madres no pueden seguir transitando la maternidad en soledad, aislamiento y sin falta de apoyo y recursos. Por ello, demandan medidas para el cuidado de las madres en la etapa más vulnerable: el posparto. “La crianza es un asunto que requiere corresponsabilidad social. No queremos seguir maternando desde los márgenes, ni pueden seguir ignorando nuestros procesos sexuales y reproductivos. Tampoco pueden obligarnos a abandonar a nuestras criaturas para que el mercado laboral no se resienta”, concluyen.