cosas que los felizmente casados saben

4 COSAS QUE LOS FELIZMENTE CASADOS SABEN PARA SEGUIR ESTÁNDOLO.

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4 cosas que los felizmente casados saben para seguir estándolo. El matrimonio no parece una tarea fácil, la verdad. Hubo un tiempo en el que, directamente, no estaba permitido separarse, así que esta fórmula de convivencia perduraba y la gente parecía casarse hasta que la muerte les separase. Hace 30 años eran pocos los padres de hijos divorciados en los colegios. Hoy en día, el porcentaje de hijos separados en la clase de mi hija de 9 años supera el 50%. El “me toca con mi padre o con mi madre” es ya una frase integrada en su día a día.

Aún tengo amigos felizmente casados. Son, a día de hoy, más de la mitad que los felizmente divorciados. Les he preguntado cuál es el secreto para ser felices en sus matrimonios y esto es lo que me han contado:

 

Son conscientes de sí mismos (y de sus errores).

Siempre que estoy con mis amigos, me doy cuenta de que sus conversaciones en grupo, al menos en presencia de sus parejas, difícilmente tratan temas personales. Eso sí, analizan como colaboradores de Al Rojo Vivo las últimas noticias políticas y tienen información más que actual sobre el Procés catalán. Las mujeres casi siempre comenzamos nuestras conversaciones con un “¿cómo estás?”.  Lo que quiero decir con esto es que pocas veces hablan de sus situaciones personales entre ellos. Pero todos coinciden en que, desde que conviven con sus parejas, han aprendido a expresar sus sentimientos con ellas y también, aunque no sea fácil, a asumir que los problemas crecen si no se hablan. Han pasado de estar a la defensiva a ser empáticos. Y lo mejor de todo: han descubierto que de esta manera saben gestionar mejor los roces del día a día y a enfriar el ambiente cuando está caldeado. En resumen: no permiten que los pequeños problemas se conviertan en una bola de nieve que crece hasta tener el tamaño de un monstruo… que puede arrollar a ambos por el camino.

Usan sus palabras para reparar y no para herir.

Que vivimos estresados, sí. Que pagamos el estrés de nuestro día a día con los más cercanos, también. Pero que sea lo normal no significa que sea lo que funciona a que una relación se afiance de manera sana y satisfactoria. Cosas que parecen tan fáciles como escuchar, bajar la voz e intentar no herir al otro con nuestras palabras a veces no se dan. Y de nuestras bocas salen palabras como cuchillos tirados a una diana. Lo inteligente es usar las palabras como pegamento, para que las discusiones sean retóricas y no batallas campales.

No se regodean en el desacuerdo.

Todos sabemos que, aunque lo intentemos, no estamos a salvo de futuros desencuentros o situaciones que nos pongan en situaciones complicadas. Shit happens. Pero uno de los secretos que aseguran el éxito de un buen equipo es dotarse de habilidades para enfrentar la adversidad. En los buenos equipos, los integrantes suman, no se restan. Si acaban una discusión, evitan volver a ella y reabrir viejas heridas. Vamos, que intentan lavar los trapos sucios una vez y no volver a sacar la vieja colada a relucir.

Conocen el cuerpo femenino.

Y lo aman. Saben hacerlo reaccionar, saben lo que les gusta a sus parejas y también saben lo que les disgusta. No presionan y utilizan sus habilidades de comunicación para satisfacer, para conocer los deseos de sus parejas y alimentarlos. Otra vez más, todo es cuestión de práctica y de buena comunicación. El sexo habla por y para nosotros.

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VICTORIA GABALDÓN

Madre de Julieta y Darío, periodista y escritora. Creadora de MaMagazine, orgullosamente apoyada por una tribu de comadres poetas, escritoras, fotógrafas, creativas, ilustradoras, psicólogas, docentes y periodistas especializadas en maternidad.
Madre de Julieta y Darío, periodista y escritora. Creadora de MaMagazine, orgullosamente apoyada por una tribu de comadres poetas, escritoras, fotógrafas, creativas, ilustradoras, psicólogas, docentes y periodistas especializadas en maternidad.

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