¿Qué se necesita para sobrevivir a la pérdida?

Yo necesité hablar sobre lo que me estaba pasando: no podía guardármelo para mí sola. Tengo buenos amigos y algunos de ellos me han acompañado y apoyado en esta tragedia sobre mi marido. Poder hablar sobre esto te hace sentir no bien, pero sí menos mal. Mi marido murió en 2017, el año en que el libro se publicó, a la vez que el libro comenzó a venderse en las librerías. De esto hace cuatro años. El primer año fue absolutamente insoportable: la única razón por la que pude continuar viviendo fue por el amor los niños, a esos niños que son sus hijos. El segundo año fue muy malo: no sentía más dolor que el primero, pero sentía que nada tenía sentido. El tercer año recuperé la capacidad de escribir, de volver a la literatura y me produjo mucha excitación, placer y felicidad. Así que, quizá, cada persona tiene algo que le provoca placer y energía para continuar. Lo más importante es no perderlo: yo lo perdí por dos años.

¿En qué estás trabajando en la actualidad?

Estoy trabajando en The Fox’s Fords, una historia fantástica que tiene lugar 1945 en Manchuria, en la frontera entre URSS y China. Hay zorros que se convierten en mujeres, brujas, muchos objetos imaginarios… las cosas fantásticas interfieren con la historia real. Hay muchas aventuras, es una especie de saga. Todo el que lo ha leído dice que es muy largo, pero que es imposible dejar de leerlo, que engancha. Eso me reconforta mucho.