El tiempo, los tiempos, son una medida tan exacta como elástica. Si bien pensamos que no hay nada que se pueda medir más que un segundo, también sabemos que, a veces, los minutos se nos hacen eternos. Y otros ratitos, demasiado cortos.
Ahora toca teta, ahora cereales, ahora fruta… Desde el momento en el que te conviertes en padre (y no digamos si vas a ser madre) el mundo de alrededor te bombardea con miles de normas. Pautas e hitos que habrá que ir cumpliendo… O no. La crianza no es una ciencia exacta, como sabe cualquiera que se dedique con atención y cariño a ello.
los tiempos
tenemos obsesión por los datos
: a los doce meses hay que caminar
a los dos años expresarse
a los cuatro abandonar toda lengua de trapo
a los seis empezar a leer
; pues no
, me niego
: ¿acaso a las doce pedaladas
te sostienes
?, ¿a la tercera copa
siempre te emborrachas
?, pues no, según el día
, según la persona
, según la canción
, según la compañía
.