Si preguntas a la wikipedia, te dirá que Javi Royo (Zaragoza, 1972) es un diseñador, ilustrador e historietista español. Pero él no se define como artista, ni como diseñador gráfico, ni como ilustrador. Si me preguntas a mí, te diré que es un dibujante de indigestiones. Te diré que es una de esas personas que consigue, a través de sus ilustraciones y su humor (negro), quitarte unas cuantas dioptrías de la miopía sociocultural con la que venimos de serie. Puedes comprobarlo leyendo su último libro, Homo Machus (Lumen, enero 2020). Si le preguntas a él, además, te contará que es el orgulloso padre de Nico (19 años) y Lola (17).
A Javirroyo habrás llegado, seguramente, a través de las viñetas que publica en su cuenta de instagram @javirroyo. Habrás dado con los dibujos que publica en @upperslife, @cuartopoder_es, @xlsemanal y @el.estafador. O quizá ya sigas su nuevo proyecto @manualdeautoayuda. En todos estos perfiles encontrarás blancos y negros, algún color, líneas y letras que componen su visión satírica, crítica y mordaz de los problemas que nos amenazan como especie. No deja títere con cabeza, y hace bien este maño residente en Barcelona: se mete con los machismos, con las ineficientes (a veces inexistentes) políticas de inmigración, con las injusticias, con el borreguismo, con las malas praxis políticas… en resumen, con todo lo que hace de la humanidad una especie peor.
A través de su trabajo, Javi nos revela varias facetas de su activismo vital: encomiable es su labor de humanización y ambientación en entornos hospitalarios con la intención de presentar estos espacios de forma más amable y cercana al mundo infantil y juvenil. Esta labor la desarrolla junto a Idoia García de Cortázar, su pareja, en su estudio Chispum.
Javi es uno de los hombres a los que admiramos por hacer de la lucha por el feminismo una lucha de todas y de todos, por apropiarse del término y por posicionarse al lado de las mujeres en primera línea de batalla. Porque el feminismo es una actitud vital, quizá la actitud vital menos limitadora y más liberadora de todas. Y eso Javi lo sabe.
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