La violencia de género. Y yo no lo sabía.
(viene del artículo La violencia obstétrica)
Comenté con una amiga esta anécdota, esta conversación. Y mi angustia posterior. Ella me dijo:
– ¡Te entiendo tanto! Esta es exactamente la actitud de la sociedad y por eso pasa lo que pasa. Hay mucha labor de educación por hacer. La culpa no es suya. Sé comprensiva con eso. Si puedes, claro.
– Le he pedido que lea sobre la violencia obstétrica para que entienda cómo me siento, con datos, no solo con mi experiencia… ¡y no quiere!
– No sé si los hombres lo entenderían. No te frustres con él. Mas bien con la sociedad.
– Imagino a todas las mujeres (y hombres) que, alguna vez, abrieron los ojos y a los que les dijeron que, mejor, mirasen hacia otro lado…
– Claro, mirar hacia otro lado es mucho más fácil. Y cambiar de idea es difícil.
– El otro día hablaba con una mujer que me contaba que se había sentido súper poderosa en sus partos, que se había sentido invencible.
– Esa una de las ideas que más me ha impactado de lo que he leído y me pregunto qué intereses hay para que las mujeres no se sientan poderosas… De verdad me lo pregunto, sin ser paranoica. Supongo que tu “situación límite” sería una de tantas mal atendidas, que de límite no tienen nada.
– Recurrentemente visualizo en mi cabeza una cosa que nunca pasará: soy yo yendo a preguntar a mi ginecóloga por qué coño me dijeron que iban a simularme una contracción en la consulta y me hicieron la maniobra de Hamilton. Sin informarme ni pedir mi permiso, claro.
– Es un tema importantísimo para las mujeres e invisible para las mayoría de la sociedad. Eso es exactamente la violencia obstétrica.
– Pero parece ser que si no te enteras, no es violencia.
– Es brutal, tenemos mucho que hacer, amiga.
– ¿Y sabes lo que percibo en algunos hombres? Que le molesta que las mujeres se sientan víctimas de algo a posteriori. Víctimas de acoso laboral, víctimas de violencia obstétrica… cuando he intentado explicar a algunos hombres por qué me he sentido víctima… he encontrado alguna respuesta tipo ”hay mujeres que se aprovechan del feminismo para quejarse”. Eres víctima y punto. Y si llevas minifalda y te meten mano sin que tú quieras, sigues siéndolo.
– Bueno, estamos empezando a tomar conciencia de que somos víctimas en muchas situaciones que se habían asumido como normales y ahora resulta que no lo son. Yo por ahí no paso. Pero en las escalas que evalúan la violencia de género aparece todo eso, no son impresiones nuestras, es la pura definición de violencia de género.
– A raíz de las conversaciones que mantengo con otras madres, me doy cuenta de que muchas mujeres damos las mismas respuestas y pasamos por episodios tan parecidos…
– El otro día leí un trabajo sobre violencia de género y uno de los items de la escala era “insiste para tener una relación sexual cuando ya has dicho que no”. Fíjate, eso es violencia de género. ¡Madre mía, qué poca conciencia tenemos y qué naturalizada está esa conducta! ¡Cuántos chistes sobre el famoso dolor de cabeza¡ ¡Y cuántos orgasmos fingidos! Todo eso es violencia de género. Pero no tenemos conciencia. Por eso te digo que a veces no se ven las cosas porque están tan enraizadas en la cultura que no se pueden ver. Mucha educación que hacer.
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