Seguramente no te resulten ajenas las ilustraciones de Noemí Fabra (Barcelona, 1982). Noemí es Historiadora del Arte y Gestora cultural, pero su pasión por la ilustración la llevaron a formarse en la prestigiosa Escola Massana. Por estos lares admiramos profundamente su trabajo y cómo habla, a través del dibujo y la gráfica, del mundo de la mujer, la maternidad y la naturaleza. Con un estilo minimalista y lleno de color —combina elementos pictóricos con tinta y gouache—, sus ilustraciones son sencillas y directas. Un ejemplo del trabajo de Noemí se incluye, precisamente, en Carreteras Secundarias, el volumen III de MaMagazine en papel, acompañando un artículo de opinión de nuestra colaboradora y comadre Sara Martín. Hemos hablado con ella para saber cuál es la relación y cómo conviven su maternidad —es madre de Alix, de casi seis años y de Tanit, de dos— y su pasión por la ilustración.
¿Cómo era tu trabajo antes de ser madre? ¿Y después? ¿Sufrió cambios significativos?
En mi caso, el deseo de querer ser madre nació en paralelo a mi redescubrimiento como creativa. Hasta entonces, solo me había acercado a lo artístico como espectadora. He dedicado prácticamente toda mi trayectoria profesional a la gestión cultural en la programación y producción de espectáculos y actividades de diferentes disciplinas. Con una carrera consolidada y estable, decidí estudiar Ilustración en Escola Massana, en paralelo a la idea de ser madre. Eso supuso una ruptura porque yo no dibujaba de forma habitual y este camino estaba más allá de mi zona de confort. A fuerza de disciplina, experimentación y exposición ante otras personas del trabajo que iba haciendo, fui limando poco a poco las inseguridades que me generaba el haber entrado en un mundo que no me era el propio.
En 2016 tuve a mi primera hija y todo estalló. Había fragmentos de mí por todos lados que tuve que recoger y recomponer. Y de esa nueva yo, la idea de que no podía abandonar mi idea de ser ilustradora. Así que continué dibujando siempre que podía. En 2020 llegaron mi segunda hija y una nueva sacudida. Dibujaba por las noches, por rendijas, cuando las niñas dormían, entre tomas, saliendo de la habitación de puntillas.
Maternar me llevó a maternarme a mí misma. El amor incondicional que se siente crece dentro y va en todas direcciones. En definitiva, la maternidad me llevó a desenterrar mi sueño de ser ilustradora que toda la vida cubrí de piedras y arena.


¿Qué es, para ti, lo mejor y lo peor de la maternidad?
De lo peor siempre sale algo bueno. He vivido momentos oscuros donde me he sentido hacer y pensar cosas que jamás hubiera deseado hacer ni pensar, momentos, casi, de huida y desesperación. Y de esos momentos la oportunidad de navegar y ver lo que hay dentro e ir sacando capas y capas. Para mí, la maternidad está siendo un camino para redescubrir mi propia identidad, un estrecho túnel donde observar las raíces. Pero si tuviera que definir lo peor, sería el hecho de constatar en carne viva el poco sostén que tiene la gestación, el posparto, la infancia y el cuidado en esta sociedad tiranizada por la productividad. Lo mejor es la ternura, y el asombro que te da el estar en contacto con tus criaturas, sentir el corazón latir tan fuerte y no parar de sonreír porque estás en la cumbre y sentir profunda gratitud.
¿Cómo influye tu maternidad en tu forma de crear?
Inevitablemente, las madres han ocupado mucho espacio en mis libretas de dibujos. A base de experimentar mucho y de sentir en carne propia la maternidad, toda esta transformación ha ido formando mi camino. Recuerdo que durante todo el posparto de Tanit, en plena pandemia, dibujaba montones de madres en la cama con sus bebés. También madres que miraban abducidas el móvil mientras sostenían a sus bebés en brazos. De algún modo, hice mi propia terapia…


¿Y tu creación en tu maternidad?
Crear me hace sentir feliz, me hace sentir que estoy haciendo lo que quiero. A mis hijas les hablo mucho de esto, de lo importante que es escucharse y hacerse escuchar. Me gusta pensar que soy ejemplo para ellas por mi determinación de vivir la vida que quiero vivir.
¿Cómo concilias tu trabajo y la crianza?
Tengo la gran suerte de tener una pareja que se corresponsabiliza en la crianza y que me apoya. Esto explica mucho cómo he podido ir avanzando a nivel profesional. Para mí es una situación nueva porque, por desgracia, no he tenido a mi alrededor muchos ejemplos de maridos apoyando a sus parejas, apostando por ello a todos los niveles.


¿Cuáles de tus trabajos están más relacionados con la maternidad?
El trabajo más significativo es Horizon. Es una ilustración narrativa sobre un poema que le dediqué a mi madre sobre su mirada como primer recuerdo. Hablo de la maternidad como viaje a las profundidades, también de esa mamá convertida en mar —escenario habitual de mi infancia— y de ese horizonte que siempre está ahí inamovible, como punto de apoyo y como límite.
Mammal es una serie inspirada en los bestiarios medievales y en las pinturas del artista japonés Utagawa Hiroshige. Son dos ilustraciones sobre el parto y la conexión de la maternidad más salvaje con la naturaleza. Mamífera es una criatura híbrida o cambiaforma. A este ser, la naturaleza le ha arrojado su propia esencia a cambio de no parir en soledad, atendida por los árboles y la luna.
Zorros es un trabajo que hice el invierno pasado después de seis confinamientos con mis hijas. En fin… quizá es normal que hablase del miedo. La amenaza de fuera que hace que los pájaros arranquen a volar y la mamá zorro y sus crías a correr. Pero pronto se paran en seco, se dan la vuelta y las crías pequeñas gritan aúllan, enseñan sus dientes hartas del miedo.
Hice también unas ilustraciones para PETRA Maternidades Feministas, para la campaña del 8 de Marzo de 2020, sobre la falta de recursos que recibimos las madres, sobre los permisos de maternidad de 16 semanas del todo insuficientes, sobre el agobio de no tener permiso para faltar al trabajo cuando tu criatura está enferma, sobre el agotamiento de las madres autónomas recién paridas que no pueden dejar de trabajar y un largo etcétera.
También hice y sigo haciendo muchas ilustraciones sobre madres que aún no han visto la luz y que están en mis libretas. Algún día…
Un comentario
Las Ilustraciones De Noemí Fabra son pura poesía. Llegan directas al alma de la madre, de la mujer y la reconfortan en lo profundo. Están llenas de significado para el despertar de la mujer de hoy, atrapada entre el darse en toda su feminidad y el adaptarse y encajar en un mundo materialista demandante de producción. Las ilustraciones de Noemí transmiten ternura, belleza y verdad. Me identifico con la imagen de la mujer que nos regala y me invita a sentir a lo grande, desde lo visible hasta lo más sutil que las habita.