La escritora y editora Sabina Urraca (San Sebastián, 1984) es la editora invitada de Caballo de Troya 2023-2024, recogiendo el testigo de Jonás Trueba y sumándose a otros editores invitados del sello como Elvira Navarro (2015), Alberto Olmos (2016), Lara Moreno (2017), Mercedes Cebrián (2018), Luna Miguel y Antonio J. Rodríguez (2019). «Tras la gran experiencia que supuso la edición de Panza de burro (Barrett, 2020) de Andrea Abreu, me apetecía seguir trabajando sobre libros abiertos, inconclusos, algunos incluso inexistentes en el momento de la propuesta. Hablarlos, proponerlos, opinar, hasta que sintiese que de verdad había frotado cada tesoro con el brío necesario, pero siempre con cuidado de no borrar su misterio», cuenta Sabina. El original diseño de la colección corre a cargo de Choche Hurtado.
En una rueda de prensa telemática y junto a Roberta Gerhard, editora en Random House, Sabina explicó los motivos por los que eligió a los textos y autoras elegidas: «mi intención era seguir un proceso de edición artesanal, empezando por el diseño de los libros (…) esas portadas casi blancas, de las que brota este elemento oculto dentro del libro, esa especie de secreto. He hecho el esfuerzo, dentro de lo posible, de alejarme de los centros habituales, donde se suele encontrar la literatura y buscar en otros lugares para encontrar lo que yo siento como estos tesoros». Son cinco autoras y un autor los elegidos por Sabina para formar parte de este catálogo en 2023, aunque su elección no ha estado motivada por la perspectiva de género: «he escogido los manuscritos que me interesaban o me he acercado a personas a las que ya había leído y me interesaban. Debo reconocer que, en los últimos años, me suelen interesar más los libros de escritoras jóvenes. Hay una especie de salvajismo que, en general, encuentro más en escritoras mujeres que en hombres. Simplemente, me enamoro de la escritura de alguien o no. Es una cuestión de pasiones o de pulsiones, más que de pensar en géneros».
El primer título en llegar es Leche condensada, la primera novela de Aida Sánchez Rossi, «una novela sobre no decir cosas». Aida es una niña de 12 años que sufre violencia sexual por parte de su primo, algo que no sabe explicarse. Leche condensada trata sobre el fin de la infancia, sobre relaciones simbióticas y sobre querer ser expansiva y encontrarse con la contención del abuso. También sobre internet como refugio, sobre todo cuando vives en un pueblo y eres queer.
Intervino, después, la autora cubana Martha Luisa Hernández Cadenas para hablar de su libro La puta y el hurón, un libro premiado en República Checa, pero impublicable en Cuba. Sabina, fascinada, leyó este libro en un solo día. «Es una obra atravesada por muchas angustias, por mi relación no solo con el lenguaje, que tiene que ver con lo performativo, con el teatro, sino también por mi relación con una historia que me ha tocado vivir naciendo en Cuba en 1991, que es la edad de la decadencia y también la del dolor de una generación que emigra, que huye de ese poder hurónico».
Uno de los escritores favoritos de Sabina Urraca es Luis Díaz, al que descubrió con la lectura de su anterior libro Hombres con diente de leche (IV Premio Irreconciliables, Cántico, 2022) y cuya propuesta Los bloques naranjas forma parte de esta colección. «En mi anterior libro trataba la incomunicación en las relaciones paterno-filiales, pero siempre había pensado abordar este tema desde la óptica de la amistad. La incomunicación entre los hombres y otros temas que oscilan alrededor, como la tensión homoerótica entre hombres cis o cis-hetero que no se verbaliza. Quería dar mucha importancia, también, al espacio que genera esta situación, que es la ciudad».
Se te oscurece el pelo es el libro de María José Hasta, a la que Sabina definió como “la Lorry Moore aragonesa”. La descubrió en uno de los talleres de escritura que imparte y este libro se inició en este taller. María José nunca había escrito antes del taller, algo que sorprendió a la editora: «había algo muy potente, un imaginario originalísimo, unas ideas que me volvieron loca desde los primeros meses de taller». Cuenta la autora que ella «no sabía que podía escribir». «Es un libro de cuentos que fluye cronológicamente y que abarcaría la vida de muchas protagonistas, desde su infancia hasta la edad adulta. No solo estas protagonistas evolucionan dentro de un mismo cuento, sino que también lo hacen a lo largo de todo el libro», explicó María José.
Siete rostros en el fondo de una guitarra es la propuesta de la colombiana Manuela Espinal Solano, que llegó a Sabina por mail y cuya primera lectura rápida la hizo llorar. «Esta historia se refiere a una familia formada por seis mujeres y un hombre que se ha dedicado siempre a la música, a los brillos, al espectáculo. Es una familia que ha vivido alrededor de una sola historia de amor: la de los abuelos. El abuelo muere y la familia termina siendo una familia de seis rostros de mujeres que solo saben hablarse a partir de una historia de amor que las construyó, de un hombre que les mostró parte de la vida. Es la historia de unas mujeres que deben aprender a vivir, a conversar entre ellas y a hacer música», contó su autora.
También llegó por mail el libro de Leticia G. Domínguez, Papá nos quiere. «Enseguida lo sentí como un libro que había deseado leer y que no había leído en ningún momento. Es un libro que nos muestra el proceso inevitable y muy voluntarioso de destruir esta grandísima institución inamovible que es la familia», señaló Sabina. «La protagonista es una mujer de 25 años, recién emancipada, que solo sabe de si misma que no tiene capacidad de sentir nada, que tiene ideas de suicidio y que no puede generar deseo. Está totalmente incapacitada para sentir deseo como motor de la existencia. Socialmente hemos dado a la familia el significado de continuidad, de estabilidad, pero de puertas adentro, la familia también puede significar negación y rechazo», explicó Leticia.
Un comentario