contenidos audiovisuales infantiles

NO PODEMOS ESTAR TRANQUILAS CUANDO NUESTRAS CRIATURAS VEN LA TELE

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Desayuno un café rápido mientras mi criatura termina de vestirse y se come la tostada. Leo los datos del informe que acaba de publicar CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y Medios Audiovisuales) sobre los contenidos audiovisuales infantiles y se me cae el alma a los pies. Para no enredar demasiado, ya adelanto que son sexistas, violentos, perpetúan los roles de género y, según los datos, no hay mucha perspectiva de cambio. Resumiendo un poco hay que decir que por encima del 70%, tanto los héroes como los protagonistas son masculinos. El 100% de los personajes masculinos tienen profesiones tradicionalmente masculinas y se relacionan sobre todo en el entorno exterior, en el entorno de lo público con sus pandillas a las que le dan más valor que a la familia que en sus historias no tienen mucha relevancia. En el caso de los personajes femeninos se desarrollan mucho más en la esfera de lo privado y tiene una elevada presencia de la familia y roles de la feminidad tradicional. Los contenidos infantiles tienen una carga de agresividad importante tanto psicológica por encima del 55% como física en más de 45% de los casos. Esto quiere decir que se observan burlas, mofas y agresiones, el mismo bullying que deseamos erradicar de los colegios y de los parques. La pregunta que debemos hacernos es “¿de dónde sale esa violencia?”.  La educación y la formación crítica en el audiovisual es la solución que se vislumbra como más realista y alternativa frente a la falta de control actual por parte de los poderes públicos. Esta es una de las conclusiones del informe; las preguntas son qué educación y quién la va a proporcionar y si el currículo escolar debería formar en materia de crítica y discriminación de contenido audiovisual a nuestras criaturas. Sin duda, el reto de las familias es muy importante al respecto por varias razones.

En primer lugar, la aparición de las plataformas audiovisuales hacen que el papel de las personas adultas en el control del contenido que ven niños y niñas deba ser mayor y durante más tiempo. Si antes contábamos con horario de protección infantil en las plataformas esto desaparece, lo que implica que las familias debamos estar mucho más atentas de los contenidos. Esto deriva en la desaparición de los contenidos infantiles de la televisión en abierto, que cumplían bastante mejor el código de autorregulación y, en especial, del horario de protección infantil que en la programación a la carta de las plataformas desaparece, dejando el contenido accesible las 24 horas. Ante la falta de información al respecto, en ocasiones se ve necesario conocer el contenido antes de que nuestras criaturas lo vean, o al menos sería aconsejable hacer una valoración previa, pero esto conlleva tiempo y esfuerzo por nuestra parte. Si no lo hacemos las familias, nadie parece estar haciéndolo a tenor de los datos que arroja el informe.

Uno de los datos más llamativos del informe es sobre el Test de Bechdel, (método para evaluar la brecha de género en las películas en general y, por extensión, en las series u otras producciones artísticas). Los contenidos analizados en los que aparecen al menos dos personajes femeninos que hablan entre sí, lo hacen sobre algo distinto de un hombre, no haciendo referencia a relaciones románticas, ni tampoco a cuidados o amor hacia el grupo familiar, únicamente en el 7% de los casos. Esta es una de las cuestiones más dramáticas porque es la constatación de que seguimos mal. ¿Cómo vamos a conseguir que nuestras niñas sueñen con ser lo que quieran ser si sus conversaciones se quedan tan limitadas en las series infantiles? Si desde la infancia están permeando estereotipos sexistas, si se perpetúan roles en los que las chicas son menos veces protagonistas y cuando lo son su entorno es la familia, la belleza y el hogar mientras que el de los chicos está centrado en el exterior y en la pandilla, no conseguimos romper con esta brecha de género.

Se hace imprescindible para todos que tengamos una participación más activa y ejerzamos un control crítico de las historias, de la estética y de los contenidos. Que sepamos ver qué hay detrás del contenido, qué se cuenta, cómo se cuenta. Como madre de una niña, me preocupa mucho la sexualización existente en algunos de los contenidos y la presencia del romance en las historias de niñas, que cuando se da la propician los personajes femeninos, perpetuando el rol del amor romántico. Otro espacio en el que sabemos que debemos prestar atención es el de las redes sociales en las que nos encontramos modelos a nivel global que desde los 11 años e incluso antes ya son influencers y trabajan con marcas que, a su vez, han encontrado que ni siquiera tienen que convencer, porque son los niños y niñas y adolescentes los que directamente convencen a sus iguales fomentando su rol de consumidores y focalizando gran parte de la industria de la publicidad. De esta forma la industria de la moda y la belleza está dirigiendo el mensaje cada vez más a niñas y niños cada vez más jóvenes. Empieza a ser urgente actuar de forma individual, pues muchas de estas criaturas se encuentran a la vuelta de unos años con enormes problemas de salud mental o trastornos alimentarios. Tik tok es una aplicación en la que nuestras criaturas pueden pasar un promedio de hora y media cada día, donde su algoritmo trabaja para presentar un contenido en función de tu actividad en la red. Se presenta en una única página de scroll infinito y que se actualiza cada vez que abres la aplicación. Desde que se abre la aplicación, comienza a recopilar todos los datos de usuario así como de comportamiento en la app, sexo, ubicación, edad e incluso datos faciales para conocer quién eres y qué vídeos te pueden gustar. Uno de los efectos más negativos de estas redes son los filtros que distorsionan en criaturas y adolescentes su percepción de la realidad y de su propio rostro o cuerpo, pero no es solo que se mantengan y difundan los estereotipos de belleza o de género, sino que también se pueden encontrar con discursos de odio o prácticas explícitas sobre desórdenes alimentarios. 

Esto está ocurriendo en todas las redes sociales por las que muchas de nuestras criaturas transitan sin mucho control y en muchas ocasiones con total libertad. A menudo muchas familias la emprenden contra la tecnología cuando esa es una lucha que no van a poder lidiar. Nos da mucha pereza estar en las redes sociales donde están nuestras criaturas, pero dependerá muchas veces de nuestro control y de nuestra educación el que los contenidos que vean en las plataformas y en internet sean adecuados para sus momentos de desarrollo. También es urgente intervenir en la educación con formación en materia de género e igualdad para entender cómo afecta todo esto a nuestras criaturas y para mostrarles una visión crítica que puede ayudarles a elegir contenidos más interesantes, así como persuadir de malas prácticas sobre todo en las redes sociales donde hay caminos que pueden llevar a discursos violentos o formas de socialización tóxica como el bullying.

 

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VICTORIA GABALDÓN

Madre de Julieta y Darío, periodista y escritora. Creadora de MaMagazine, orgullosamente apoyada por una tribu de comadres poetas, escritoras, fotógrafas, creativas, ilustradoras, psicólogas, docentes y periodistas especializadas en maternidad.
Manolita Jefecilla en Manolitas a la fresca podcast. Escritora de azucarillos y novela rosa, comunicante como los vasos, creadora de la webserie Sexo en Vallekas, escritora de la novela Pakeha Tattoo, cantante de charlespunk, exploradora social, actriz neuroatípica y freelance en Freelandia.

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