Hoy, como cada 17 de noviembre de 2009, se celebra el Día Mundial del Niño Prematuro. Son bebés nacidos prematuros los que nacen antes de las 37 semanas de gestación o los que pesan menos de 2,5 kilos al nacer. Aunque los bebés prematuros pueden sobrevivir y prosperar, la prematuridad es un problema urgente de salud pública. Según las estimaciones disponibles, cada año nacen 15 millones de bebés prematuros, lo que representa más de uno de cada diez bebés nacidos en todo el mundo, y un número aún mayor de bebés (más de 20 millones) presentan peso bajo al nacer.
Las cosas han cambiado con los años: es recomendable utilizar el «método de la madre canguro», el contacto piel con piel, en lugar de en lugar de dedicar la primera fase tras el parto al cuidado en incubadora. Este procedimiento supone un cambio significativo con respecto a la orientación anterior y a la práctica clínica habitual, lo que refleja los inmensos beneficios para la salud que aporta el hecho de que la persona cuidadora y su bebé prematuro estén juntos tras el nacimiento, en lugar de ser separados, según las directrices de la OMS. Estas directrices también ofrecen recomendaciones para garantizar el apoyo emocional, económico y en el lugar de trabajo para las familias de bebés que nacen muy pequeños o prematuros, las cuales podrían enfrentarse a situaciones de estrés y dificultades extraordinarias debido a las demandas de cuidado intensivo de sus bebés y a la ansiedad que genera su estado de salud.
Davinia Prieto conoce de primera mano esta problemática: madre de dos niños (Lucía de 11 años y Joel de 6), sufrió una pérdida gestacional en la semana 12. Su hijo Joel nació en la semana 30 de gestación. Davinia estuvo ingresada en el hospital, en reposo absoluto, desde la semana 20 de su embarazo. A las 23 semanas rompió aguas y necesito medicación para continuar con su embarazo. Su experiencia con la prematuridad y la dificultad para encontrar ropa que no viniese demasiado grande a su pequeño bebé la llevó a crear Petit Nicu, una marca de moda dedicada a los bebés prematuros.
¿Qué es, para ti, lo mejor y lo peor de la maternidad?
Para mí, lo mejor de la maternidad son ellos, poder verlos crecer sanos y fuertes. Ver cómo van aprendiendo, descubriendo la vida a su lado. Sentir el amor incondicional desde el primer momento que sabes que estás embarazada.
Y lo peor de la maternidad es la incomprensión, la frustración, la culpabilidad. Es la soledad que sientes cuando hablas con otras madres que no te escuchan con tus temores, preocupaciones, dudas. La maternidad está dulcificada, nadie te habla de las noches en vela, de los cólicos, de la imposibilidad de calmar el llanto de tu bebé y no saber qué le pasa… toda esa parte negativa que todo el mundo sabe, pero que nadie comenta, por querer aparentar una maternidad perfecta pero irreal. Y esta parte negativa de la maternidad se acrecienta cuando tu hijo nace de forma prematura.
¿Cómo era tu trabajo antes de ser madre? ¿Y después? ¿Sufrió cambios significativos?
Antes de ser madre, trabajaba a tiempo completo y mi única preocupación era trabajar. Después de ser madre, el trabajo pasó a segundo plano. Escogí un trabajo que se adaptara a mi maternidad aunque no me gustara especialmente y cobrara menos. El cambio fue significativo, ya que mi vida giró y gira alrededor de mis hijos, y más con el nacimiento prematuro de mi hijo Joel que, desde su alta hospitalaria, necesitó durante sus primeros años de vida visitas constantes a especialistas e ingresos por problemas respiratorios.
Petit Nicu surgió de una necesidad no cubierta: ¿cuál es su historia y sus valores?
Petit Nicu nació a raíz de la experiencia vivida con mi hijo Joel. Cuando estás en una UCIN, lo único que te preocupa es tu bebé. En un primer instante, no piensas en nada que no sea cómo va evolucionando. El problema viene cuando tienes que vestirlo y te decides ir a una tienda a comprar ropa de su talla, la 00 y te das cuenta de que muchas tiendas no tienen. Y cuando consigues encontrar algo, no se parece a la ropa de bebé que hay habitualmente, es decir con estampados infantiles, con colores, con alegría. Lo que encuentras es ropa con colores lisos, sin apenas estampados, apagada… Y, en cierta manera, te niegas a comprar algo que no te despierte alegría, porque aunque la situación que estás viviendo sea negativa, el simple hecho de poder vestir a tu bebé después de muchos días en una incubadora, para los padres es un momento de felicidad y alegría. Puede parecer una tontería, pero no lo es, poder vestir a tu bebé con ropa de su talla y con colores alegres y estampados divertidos, ayuda psicológicamente y emocionalmente a muchos padres y madres.
¿Qué necesitan los bebés prematuros y sus progenitores? Me refiero a términos de sociedad, visibilidad…
Los bebés prematuros tienen el mismo derecho que cualquier bebé de vestirse con ropa adecuada a su talla, que sea alegre, divertida… Y aunque desde Petit Nicu luchemos por dar visibilidad a la prematuridad a través de la talla de su ropa, en la sociedad se tendría que dar más visibilidad y normalidad. Por ejemplo, en los pañales. Encontrar pañales de la talla -1 es misión imposible.
Cuando te quedas embaraza y vas al ginecólogo nunca te hablan de las posibilidades de sufrir un parto prematuro, solo te explican lo bueno o lo “normal” de un embarazo. No te dan información para que no te coja desprevenida. Yo no sabía que podías estar con bolsa rota y con muy poquito líquido amniótico durante semanas y que el bebé sobreviviera hasta que lo viví con mi hijo Joel. Cuando rompí bolsa en la semana 23 me recorrió un miedo aterrador por el cuerpo, porque lo primero que pensé era en lo que todo el mundo te decía “rotura de bolsa, parto inminente”. Pues no es así, ya que con medicación, reposo, control médico y demás pueden frenar el parto. Nosotros aguantamos 7 semanas así. Creo que como sociedad hay que darle más visibilidad durante todo el año y no solo el 17 de noviembre, puesto que un nacimiento prematuro puede sucederle a cualquier mujer y nos solo queda en eso: muchos niños sufren secuelas no solo a corto plazo sino a largo plazo también, sobre todo cuando llega su escolarización.