Con todo su drama, este tiempo nos permite aprender. Sus cristalinas lecciones se parecen a las aprendidas por una persona atenta que se convierte en madre o padre. Eso sostiene Javier Oliva. Nuestro poeta propone un paralelismo claro entre lo que vamos descubriendo que es ser padre/madre y lo que nos va enseñando esta crisis planetaria.
La vulnerabilidad como la lección mejor incorporada.
parecía que ser padre iba a ser
dar consejos
, decir frases para la posteridad
, sentenciar con el puño
cerrado en la mesa
, saber dónde toser, cuándo reír
, conocer la posición y velocidad
de toda partícula
que revoloteara por la casa
, elegir un sitio en el sofá
y hacer tu hueco para toda la vida
, pero no
. nada de lo anterior es cierto
. nada de lo anterior es cierto
. si acaso
, ser padre sería
asustarse con ellos
por esta pandemia
, encarnar la vulnerabilidad
de nuestra especie
, juntos temblar de fragilidad
y al mismo tiempo
, por inverosímil que parezca
, darles cobijo y seguridad
; ser padre sería
ser y estar en el día a día
con la dinámica serenidad
propia de los humanos
ser padre sería
asemejable a vivir esta crisis
: sentir un terremoto bajo los pies
e intentar seguir funcionando
, sabiendo que
no despertaremos igual
no enfermaremos igual
casi nada lo haremos igual