Ayer se celebró en Madrid la rueda de prensa y el primer ensayo general de Lengua Madre, una obra de teatro performático y documental dirigido por la dramaturga argentina Lola Arias. Si revisas la información sobre esta obra en la web del Centro Dramático Nacional, encontrarás que se define como “enciclopedia sobre la reproducción en el siglo XXI escrita a partir de las historias de madres migrantes, madres y padres trans, madres que recurrieron a la fertilización asistida, madres lesbianas, padres gays, madres adolescentes, mujeres que abortaron, madres que adoptaron, mujeres que no quieren tener hij@s y muchas otras personas que se preguntan cómo reinventar la palabra madre“. Y es eso, pero es mucho más. Son una hora y tres cuartos de testimonios entrelazados, sobre las maternidades al margen (también sobre las paternidades), en un ir y venir por el pasado, el presente y el futuro de maternar. Comprar un ticket para ver esta obra es asegurarte un viaje que apela a muchos sentimientos, muy dispares. Es abrirte a la irrupción de nuevas realidades que ya están aquí. Que llevan estando aquí más tiempo del que imaginamos y que han venido para quedarse. Lengua Madre es, también, una crítica al peso del capitalismo en los procesos reproductivos y un cuestionamiento continuado de las maneras en que somos madres en la actualidad. Cuando entras a la sala, crees que lo haces preguntándote cuánto de deseo personal hay en ser madre. Cuando sales, las preguntas se han multiplicado en tu cabeza. Las paradas de este viaje, entre otras, son la educación sexual, la lucha por el aborto, el tratamiento del parto, la identidad, los roles en la crianza o la maternidad futura.
No queremos hacer un resumen de Lengua Madre, ni una reseña al uso. Porque Lengua Madre, estamos convencidas, gana si apenas sabes nada de lo que vas a encontrarte cuando ocupas tu butaca en el teatro. Sí podemos decirte que la escenografía está muy bien cuidada. Que hay música, que hay actuaciones. Que hay debates, que hay experiencias. Que hay lágrimas y también carcajadas. Pero lo más probable es que conozcas a personas, que no personajes, con realidades maternas y paternas, cuando no silenciadas, invisibilizadas por suceder fuera de los márgenes de la heteronorma. De esto hablamos con la periodista y escritora Silvia Nanclares, la artista Paloma Calle y Rubén Castro, el primer hombre trans en dar a luz en España, que forman parte del elenco de Lengua Madre junto a Susana Cintado, Pedro Fuentes, Eva Higueras, Laura Ordás, Candela Sanz y Besha Wear.


“Lengua Madre es una obra de teatro documental donde nueve personas mostramos fragmentos de nuestras experiencias de ma/paternidad”, cuenta Silvia Nanclares. “Lo novedoso es que somos personas, no personajes. Este tema no suele abordarse desde la cultura o desde un teatro. Sí que estamos viendo un boom de ficciones en torno a la maternidad, pero que esté en el Centro Dramático Nacional una obra de teatro documental sobre la maternidad es bastante novedoso y potente”, continúa Silvia.
Rubén Castro, el primer padre gestante en España, forma parte también del elenco: “Al principio pensé que solo querían que contase mi historia para representarla, algo con lo que no estaba de acuerdo; no entendí que lo que me proponían era tener mi propia voz en la obra. Participé en un primer taller en octubre y me confirmaron que querían contar conmigo en noviembre. Ha sido, para mí, una oportunidad increíble para conseguir visibilidad”. Y es que sucede que, muchas veces, de lo que no se habla, no existe. Pero la realidad es que Rubén es la primera persona transmasculina no binaria y bisexual en dar a luz a su bebé, aunque la batalla judicial que está librando por ser reconocido como padre gestante no ha terminado a día de hoy.
Este proyecto itinerante, a modo de laboratorio móvil, se estrenó en Bolonia en octubre del año pasado y, además de Madrid y Barcelona, viajará a Alemania implicando a sus comunidades locales. “A la directora le interesa que el elenco sea local porque las cuestiones que atraviesan a cada legislación, por ejemplo, en materia de reproducción asistida o donación de gametos varía en cada contexto. Se habla de educación sexual y, por ejemplo, en Alemania no existe una influencia del catolicismo tan grande como puede haber en España o Italia. En nuestro caso, el mismo elenco en Madrid viajará a Barcelona”, cuenta la artista Paloma Calle. La obra está en casting abierto en Berlín, donde se estrenará a finales de este año.
“Desconocía lo que era el teatro documental: conocía todo lo que todos conocemos como teatro, aprenderte un papel y ya. Cuando llegué el primer día a los ensayos y nos contaron que la obra no está escrita, sino que se va escribiendo durante los ensayos, a raíz de escuchar las historias del resto y contar las propias, me sorprendió mucho. Quizá lo más complicado es poner tu historia en común con las del resto, hacer selección de lo que se muestra o lo que no”, cuenta Rubén. “Nos hemos sentido bien representados porque todo está negociado con la dirección. Aunque hay cosas que se quedan fuera y no te compran y hay otras que te asignan porque es necesario que aparezca, porque va a favor de obra. Lo que más me ha llamado la atención, también por mi propia experiencia, es la capacidad de Lola y de su equipo para hacernos habitar la escena sin miedos”, dice Silvia. Porque no son actores ni actrices —excepto dos de ellas—, pero cantan, bailan y se mueven como pez en el agua en escenas corales. Para Paloma, acostumbrada a dirigir sus performances de manera personal, lo más interesante ha sido la construcción del texto en negociación: “es un reto increíble contar una historia coral de nueve historias, que no pueden ser contadas todas en profundidad y comprimirlas en una hora y tres cuartos. En ese tiempo, quedan dibujadas nueve historias complejas, que tienen que ver con situaciones personales, éticas y legales que no responden a la familia estándar. Hay muchas cosas que se tienen que explicar y conseguir que todas esas historias estén abrochadas entre ellas”.


LENGUA MADRE se estrena el viernes 11 de marzo en el Teatro Valle-Inclán, donde se exhibirá hasta el domingo 10 de abril. Coproducida por el Centro Dramático Nacional y el Teatre Lliure, llegará a Barcelona el 22 de abril, donde estará hasta el 8 de mayo.
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