Las redes sociales tienen muchas ventajas y multitud de inconvenientes. Por un lado, nos muestran instantes de vidas idealizadas, filtradas, edulcoradas. Se crean referentes con los que nos cuesta mucho competir. Básicamente, porque es imposible y también porque es inútil. Pero también tienen su lado amable: la creación de comunidades, la conexión con personas, la conversación. Y este lado mágico de las redes es el que, por fortuna, experimento día tras día.
Esta aventura llamada MaMagazine comenzó a caminar ligera de equipaje y compañía, lo justo para iniciar el viaje. Pero, por el camino, se han unido a este tránsito un montón de mujeres y también algunos hombres que dicen “me apunto, estoy dentro”. Nos acompañan muchas mujeres y muy valientes que han comprendido de qué va esto, que han captado la esencia de lo que es esta revista y quieren, de alguna manera, poner su granito de arena y formar parte de este viaje. Bienvenidas sean todas. Y gracias por la compañía y el cariño, siempre.
Una de esas personas es Sara Martín, escritora, creadora, actriz y madre. Desde hace cuatro años, Sara forma junto al músico y compositor José Pablo Polo la compañía Overture, donde investigan la relación entre lenguaje, sonido y performance y con la que han actuado en diversos festivales de música, poesía y teatro del panorama nacional. Además, Sara cuida de su hijo Mün, que cuenta ahora con 17 meses de edad (su padre es el poeta y dramaturgo de origen chino Minke Wang).
Sara contactó con MaMagazine para hacernos llegar una reflexión en forma de texto: se llama Disidentes y la puedes leer aquí. Su texto provocó muchos mensajes de apoyo y comentarios, un reflejo de lo necesario que es compartir las experiencias reales, de lo mucho que necesitamos encontrar referentes pegados a la tierra. Del bien que nos hace elevar las quejas, de hablar de las cosas que no nos contaron. Quisimos saber más sobre Sara y su forma de unir maternidad, experiencia y creación. Y aquí te ofrecemos sus palabras.
¿Cómo era tu trabajo antes de ser madre? ¿Y después? ¿Ha sufrido cambios a raíz de tu maternidad?
Mi trabajo como creadora ha cambiado totalmente tras la maternidad por muchas razones. Primero, porque he decidido estar con mi hijo en sus primeros años, hacemos colecho y continúo con la lactancia, así que los ritmos son otros. Aunque para mí la corresponsabilidad es un básico y su padre está cien por cien implicado en la crianza, no puedo sentarme en el ordenador con un café a escribir infinitas horas, ni ensayar en cualquier horario, ni plantearme bolos donde ellos no me puedan acompañar. La cama es mi nueva oficina, allí leo a oscuras en e-book, escribo notas en el móvil y en los huecos del día los paso al ordenador.
Además, la experiencia física y política de maternar, me tiene obsesionada, tanto en lo que leo como en lo que escribo y eso se verá reflejado en las próximas performances que prepararemos con mi compañía Overture y en mis próximos proyectos literarios.
¿Es fácil ser madre y creadora?
Claro que no. Tal y como está montada la sociedad, la palabra conciliación es una quimera: ningún trabajo es fácilmente compatible con la maternidad pero, en especial, los que remiten al hecho creativo son espacialmente duros de compaginar. Primero porque como mujer pones el cuerpo (embarazo, postparto, lactancia, falta de sueño) y eso te hace tener que decir que no o limitar trabajos por el hecho de viajar, separarte de tu cría, no estar suficientemente en forma física o mentalmente. Segundo porque la creación no es algo mecánico y hace falta tener ratos exclusivos para ti, para perderte, ratos sin reloj, algo muy difícil de encontrar en los primeros años de crianza. Por eso, muchas mujeres artistas, aunque a una parte de ellas les gustaría vivirlo, deciden no ser madres por miedo a tener que sacrificar su trabajo, por la presión social de tener que elegir entre su hij@ y su pasión. Así que ahí estamos luchando porque urgen cambios laborales, políticos y sociales al respecto.
¿Cuál es la huella de tu hijo en tu trabajo?
Desde que nació me entró una sed inagotable por lecturas que tuvieran que ver con una visión feminista y social de la maternidad. Han sido meses de investigar leyendo a Luisa Muraro, Victoria Sau, Adrienne Rich, Audre Lorde, Hélène Cixous, Casilda Rodrigáñez… ha supuesto una revisión profunda de los cimientos de mi visión como creadora. Tengo varios proyecto abiertos, entre ellos un poemario, varios artículos y algo más performativo que tiene que ver con esto, con el choque tan brutal que supone una experiencia física como la maternidad, con el poder creativo intrínseco en las mujeres decidan o no ser madres y con el desastre político y social que no sujeta, ni cuida, ni protege nuestros cuerpos, sino que limita, silencia y deja sin matices todo lo que tenga que ver con el instinto, el deseo y la intuición.
Ganaste el premio de poesía Nicolás del Hierro por tu poemario Por la escalera de incendios. ¿Qué encuentras en la poesía como canal de expresión?
Para mí la poesía es casa, es el medio donde me siento más cómoda. Desde muy pequeña lo que más he consumido como lectora ha sido filosofía, ensayo y poesía, llegué muy tarde a la novela. Tengo una mente muy abstracta y nunca me interesan demasiado las tramas. La poesía que me atrae tiene que ver con lo roto, lo deconstruido. Me interesa lo que tiene de sugerente, de invitación y de no resuelto. Un generador de atmósferas, de paisajes donde pasearse, un intento de conseguir algo parecido a cuando una canción te llega de verdad, aunque nada es comparable a eso.
¿En qué consiste tu proyecto Las bellas y las bestias?
Es un proyecto en proceso que tiene que ver con una visión político- feminista de la maternidad. Por un lado, llevo meses realizando cuestionarios sobre las inquietudes que genera lo maternal en mujeres con o sin hijos, me interesa usar ese material textual tan sugerente a modo de collage y de forma anónima para próximas piezas con Overture.
En paralelo, estoy con un poemario que va en la línea de ese tema, de la revolución fisiológica y social que supone la maternidad y de su innegable discurso político. Ando documentándome mucho y buscando la forma de canalizar este terremoto que ha supuesto el nacimiento y crianza de mi hijo en mis esquemas mentales y emocionales, es todo un viaje si te dejas traspasar.
Sara Martín en MaMagazine:
Fondo de versos: Trance
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