Del 14 de octubre al 5 de noviembre, el Festival Eñe se convierte en el centro de la vida literaria de nuestro país y en el punto de encuentro entre escritores, creadores de diversas disciplinas, libros, espectadores y lectores con 90 actos en más de 30 sedes y la participación de 140 invitados.
Jesús Ruiz Mantilla, director artístico del Festival Eñe ha diseñado un programa que, bajo el título Lenguajes, apela al poder de la palabra como vehículo entre personas, idiomas y disciplinas en el arte. El Festival tiende puentes con Europa y se abre a otras lenguas de la mano de sus principales protagonistas. Un encuentro con el británico Phillipe Sands inaugurará la programación en el Círculo de Bellas Artes. Portugal visitará Eñe a través de José Luís Peixoto y la Europa en conflicto estará presente con autores como Monika Zgustova, Dimas Prychyslyy y Margaryta Yakovenko. La literatura en español estará representada por Elvira Lindo, Sergio Ramírez, Juan Gabriel Vásquez, Antonio Muñoz Molina, Antonio Gamoneda, Leonardo Padura, Carme Riera, Alejandra Costamagna, Andrés Trapiello, Camila Fabbri, Mario Obrero, Elizabeth Duval, Fernando Aramburu o Manuel Jabois, entre otros.
La maternidad y la paternidad se abordan en diferentes mesas de conversación y a través de autoras y autores como Anna Starobinets o María Negroni, y en conversaciones como las que mantendrán Daniel Gascón y Marcos Giralt Torrente —Padres e hijos en la literatura: entre el amor y el enfrentamiento— o Claudia Apablaza y Aloma Rodríguez —Lengua materna—.
«En el Festival Eñe abordamos específicamente el tema de la maternidad, —cuenta en esta conversación Jesús Ruiz Mantilla—. Es un tema que a mí, como creador y como ciudadano, me fascina. Es una cuestión eterna, pero que en las últimas décadas del siglo XXI, quizá desde la etapa de la contracultura, está sufriendo las mutaciones más importantes en toda su historia. Me interesa mucho cómo se aborda ese tema desde la literatura, creo que es troncal. Así como hay otro tema en la literatura que pasa desapercibido, pero está constantemente presente en toda la historia de la literatura como es, por ejemplo, la comida —el primer párrafo de El Quijote, para describir al personaje, ya te dice qué es lo que comía, su dieta—. La comida nos identifica: lo mismo sucede en todas las novelas con la maternidad o paternidad. En todas las novelas existe un padre o una madre marcados por la relación maternofilial y viceversa. Es un temazo y creo que siempre va a estar, de alguna manera, en todo lo que haga».
Del 2 al 5 de noviembre el Festival Eñe en Málaga acogerá un completo programa en la capital y varios municipios de la provincia, en el que la literatura se unirá a otras disciplinas como la gastronomía o la música y que contará con la participación, entre otros Mar García Puig, autora de La historia de los vertebrados o Yolanda Guerrero, «otra de las grandes autoras que ha abordado el tema de la maternidad desde unas ópticas madre/hija de una manera bestial, por ejemplo, en su novela El huracán y la mariposa, donde contó su experiencia de adopción», afirma Jesús. «Por el otro lado, tenemos a Renato Cisneros, que con su libro La distancia que nos separa. Me gusta mezclar a Mar con Renato y a Yolanda con María Iglesias, que también aborda la maternidad de una mujer inmigrante con problemas de comunicación con su entorno».
El tema maternidad/paternidad en la literatura obsesiona especialmente a Jesús: «Es un tema que tiene muchas aristas por las cuales puede ser debatido, comentado, explicado, analizado…». Frente a toda esa masa que piensa que la maternidad o la paternidad son temas perfectamente interesantes, Jesús tiene clara su postura: «Todos somos hijos. La maternidad o la paternidad son asuntos de doble dirección. Cuando no era padre, me interesaba como hijo. Ahora que soy padre, me interesa en las dos direcciones. Siempre me resultó un tema interesante. Si tú preguntas a esas personas a quien no les interesan estos temas qué novelas han leído, en casi todas encontrarán una relación armoniosa o traumática con su entorno familiar: es matemática. La literatura es una cacofonía y una repetición de la vida: estamos condenados a hablar tanto de la presencia como de la ausencia de la madre que, en muchos casos, es mucho más brutal la huella que deja. Siempre, de una manera u otra, vamos a hablar de esto. La maternidad es natural, es una presencia sistemática. Estamos rodeados de madres —sigue Jesús—. Mi propia madre es un personaje, la tengo loca, es una mina. Mi padre, también. En todos los aspectos están, para mi mente son una obsesión».
Entre las voces que hablan sobre lo materno se encuentran María Negroni, que habla desde el dolor que provoca una madre, o Anna Starobinets, reconocida por su relato Tienes que mirar, crónica de un embarazo malogrado que acaba convirtiéndose en una verdadera historia de terror. No existe una maternidad canónica y así lo cuenta Jesús: «Se ha roto el canon sobre la maternidad y por eso se hace tan interesante ahora: desde los años 60 se ha caído en pedazos. Se abre una cantidad de posibilidades… Mira el cine de Almodóvar, que no trata de otra cosa: todo el rato habla sobre su madre, o sobre la maternidad en múltiples variantes. Te guste Almodóvar o no, ahí puedes encontrar una cantidad de aristas tan ricas… Se está planteando cómo es ahora una familia, en qué se basa el canon o concepto, la estructura familiar que es el origen de las sociedades. Estamos reinterpretando, reelaborando, reconceptualizando estos conceptos, pero, en el fondo, todos nacemos de un vientre».
Para quienes disfrutamos de la literatura en todas sus vertientes, imaginamos que el placer personal de poder elegir e imaginar este personal es inmenso. «Es como ser rey mago e ir repartiendo regalos», cuenta Jesús. «Todo el mundo está tan abierto y disfruta tanto de estar en un festival así. En estos lugares es donde nos reunimos, donde hablamos, donde lo pasamos bien… Tener el privilegio de que, desde La Fábrica, pueda contar con un equipazo para cualquier cosa que imagine, como conversaciones o combinaciones y poder llevarlo a cabo es un lujo total. Para mí tiene mucho que ver con el periodismo: en el periodismo eliges un tema que contar, hablas con gente y lo escribes. En un festival eliges un tema del que hablar y te ocupas de que ese debate suceda en vivo. En el fondo es proponer temas de debate, que a todos nos conciernen, presentes en nuestra época y tratar de analizarlos con gente muy sensible, sabia y original en sus planteamientos. Hoy por hoy, el mayor espectáculo del mundo es ver a dos personas inteligentes hablando. No hay dios que pueda con eso».
Programa del festival EÑE, aquí.