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ROMA CON NIÑOS: DESDE EL TRASTEVERE CON AMOR.

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Roma con niños: Desde el Trastevere con amor. Los atractivos de Roma son muchos y la mayoría de ellos están más que reseñados en cualquier revista o guía de viajes. Pero si quieres pasear por la ciudad eterna sin encontrarte con hordas de turistas; si, como yo, crees que no merece la pena hacer filas para tener en tu Instagram la misma foto que se hacen 23.477 personas en el mismo día, solo tienes que echarte a las calles y dejar que la ciudad te hable por sí misma.

¿Alojarte en el Trastevere?

No es una mala opción. Por suerte, aunque los turistas invadan sus calles, sigue habiendo reductos de vida no colonizados y todavía vividos y disfrutados por los romanos.  En la “parte tranquila” del Trastevere encontrarás multitud de apartamentos, una de las fórmulas favoritas para viajar en familia (comprueba las reseñas antes de alquilar: el Trastevere es una zona con bastante actividad nocturna y alojarte en una de sus calles principales puede ser contraproducente para vuestro descanso).

Alojamiento recomendado: Hotel San Francesco, cercano a Porta Portese (los domingos hay mercadillo).

Dónde comer en el Trastevere:

  • Pizza y pasta. Pasta y pizza. Si tienes suerte y el tiempo acompaña, pilla mesa en la pequeña terraza de Ivo a Trastevere, las pizzas son excelentes.
  • Llega pronto a Ai Marmi y disfruta de sus suppli al teléfono. Es un clásico de los romanos.
  • L’Insalata Ricca es una buena opción cuando te salen las pizzas y los spaguetti por las orejas. Las ensaladas son generosas en ración, ingredientes y sabor.

Visita al país más pequeño del mundo:

La Ciudad del Vaticano encierra en sí mil y una curiosidades. Si bien la visita a los Museos Vaticanos no es la más recomendable si viajas con niños (puedes estar horas y horas visitándola y, al llegar a la Capilla Sixtina seguramente dispondrás de poco tiempo para poder admirar su gran belleza), el paseo desde el Trastevere hasta la Plaza de San Pedro, cruzando el Gianicolo -la octava colina de Roma- sorprende por las preciosas vistas sobre la ciudad. Es un parque realmente agradable donde poder hacer un picnic y, además, esconde pequeñas atracciones como el tiovivo y el teatro de marionetas que lleva alimentando la imaginación de los niños desde hace más de 100 años. Antes de llegar a la icónica Plaza de San Pedro y, aunque hay más de 900 iglesias en Roma de gran singularidad, no dejes de entrar en la Iglesia del Santo Spirito in Sassia. La decoración de la iglesia es hermosa y rica, con numerosas pinturas, frescos, obras de artistas de gran renombre y de diversas épocas. Ya en el siglo VIII había en este lugar una iglesia dedicada a la Santísima Virgen, que se llamaba Santa María, en Sassia.

Teatro de marionetas en el Gianicolo

Perderse para encontrar:

Esta guía no es muy canónica, pues seguramente no hable de los “imprescindibles” de Roma como el Coliseo o la Boca della veritá. Pero si no dispones de mucho tiempo para visitar la Ciudad Eterna te aseguro que lo recomendable es no perderlo en interminables filas para hacerse la foto de rigor. Es sorprendente la cantidad de turistas que no pueden dejar de hacerse una foto metiendo la mano en la ranura de lo que podría haber sido la tapa de una cloaca… sobre todo porque la preciosa iglesia Santa Maria in Cosmedin recoge a los pocos despistados que aprovechan el selfie para entrar y descubrir estar pequeña joya romana que data del siglo VI d.C.

Caminando por la excelsa Roma puedes sorprenderte encontrando el barrio Judío, lleno de restaurantes kosher y riquísimas heladerías. Allí, entre callejuelas estrechas y recoletas placitas, encontrarás la Sinagoga, el Museo Judío o el Tempo Español. Seguramente te topes también con las ruinas del Pórtico de Octavia, que Augusto construyó en el año 27 a.C. en honor a su hermana y que más tarde fue mercado de pescado.

Detalles en las calles del Ghetto judío

Otra curiosidad es el largo di Torre Argentina, donde reposan los restos de varios templos romanos republicanos, del teatro de Pompeyo y célebre también porque ahí fue donde se dio muerte a  Julio César. Hoy es una mansión para la colonia de gatos que la habitan.

Largo di Torre Argentina

Si tienes ganas de parque, piérdete por los jardines de Villa Borghese. Allí encontrarás la preciosa Galeria Borghese, ideal para visitar por niños por su tamaño asequible. En los alrededores podrás conversar con artistas plásticos habituales, estanques donde remar en una barquita, un precioso cine infantil o multitud de restos arquitectónicos que salpican el paseo.

El Trastevere, en su zona menos turística, acoge pequeños parques donde mezclarse y jugar con los niños romanos. Además, en verano, suele haber cine en las plazas. La música te acompañará en el recorrido: podrás disfrutarla tanto en la plaza de San Calisto, mientras tomáis una cerveza (los mayores) y un refresco (los pequeños) a la manera de los romanos en el Bar San Calisto. Música que también te acompañará cada vez que cruces el Ponte Sisto sobre el Tiber para pasear, por ejemplo, hacia la plaza del Campo di Fiori (tradicional mercado romano… que ahora es un tradicional mercado de postal para turistas). Desde allí, siguiendo las mareas humanas, llegarás casi sin pensarlo al Panteón de Agripa o a la Fontana di Trevi (insert coin). Un poquito más y encontrarás la majestuosa escalinata de la Piazza di Spagna. Si la subes no dejes de entrar en la Santissima Trinità al Monte Pincio, donde encontrarás la preciosa Asunción, obra de Daniele da Volterra, considerada una de las obras maestras del estilo manierista.

Cruzando el Ponte Sisto

Sin duda, otro de los lugares que más impresionará a toda la familia es la singular Piazza Navona, un lugar donde contar mil anécdotas. Por ejemplo, que hay marcas de las varias inundaciones que sufrió por las crecidas del Tiber. Incluso hubo un tiempo en que se inundaba la plaza a propósito, tapando los desagües de las fuentes cada sábado y domingo de los meses de agosto para hacer batallas de barcos. O la historia de Santa Agnese –Inés-, una joven virginal acusada de ateísmo que fue expuesta desnuda para su escarnio. Pero el prodigioso crecimiento de sus cabellos en aquel momento le cubrieron el pecho y la protegieron… hasta que encontró la muerte con un corte en la garganta. En el lugar de su martirio se levanta hoy la iglesia de Santa Agnese in Agone, famosa por el martirio de la joven, por la fachada cóncava proyectada por Borromini o por la curiosa colocación del monumento fúnebre dedicado a Inocencio X.

Una leyenda, al parecer infundada, habla de la enemistad entre Borromini y Bernini;  cuenta que la escultura que representa el Río de la Plata en la Fuente de los Cuatro Ríos, obra de Bernini, tiene alzado el brazo al temer la posible caída de Santa Agnese in Agone, obra de Borromini. También se cuenta que la estatua del Nilo se cubre el rostro para no tener que ver la iglesia por lo fea que era. En efecto, es una simple leyenda, ya que la fuente se acabó de construir en 1651, justo un año antes del año de inicio de la construcción de la iglesia.

Otro punto curioso desde el que contar mil historias es La Colina Capitolina o Campidoglio, entre el Foro y el Campo Marcio, que es una de las más famosas las siete colinas de Roma. Miguel Ángel proyectó una espectacular plaza con vistas al Vaticano, con varios palacios que acogen a los Museos Capitolinos. Como curiosidades, en la plaza podrás encontrar la columna con la famosa reproducción de la Loba Capitolina, la estatua ecuestre de Marco Aurelio y, avistando desde el exterior de la salida de los Museos Capitolinos, el impresionante Marforio al que acompañó Jep Gambardella en la preciosa película La Gran Belleza. No obstante, esta figura imponente era una de las seis estatuas parlantes de Roma, esculturas de mármol y portavoces también de las denuncias contra el poder constituido.

Marforio en los Museos Capitolinos

Roma es inabarcable, pero este recorrido te permite hacerte una idea de la grandiosidad de la primera gran urbe europea. Pasea con la atención puesta en los detalles: encontrarás columnas de antiquísimos templos formando parte de construcciones más modernas, numerosas muestras de street art y una gastronomía sabrosa y asequible. Lo que también encontrarás –además de hordas de turistas en cualquier época del año- es un tráfico absolutamente caótico, poco respeto a los pasos de peatones, aceras inexistentes, calles adoquinadas y una ciudad poco preparada para pasear bebés o niños con carrito de paseo. Igualmente, Roma siempre merece la pena.

Street art en el Trastevere, @lediesis

 

Pd: Tú, amante de la belleza. Amante de La Gran Belleza. Si quieres mirar a través de la cerradura de la puerta del Palacio del Aventino sin aguantar filas, ve a primera hora de la mañana. Así creerás que este secreto a voces lo es menos y podrás disfrutar la singularísima vista de la cúpula de San Pedro más de cinco segundos seguidos sin que nadie te llame la atención. Y ya que estás ahí, no dejes de pasear por los jardines aledaños: encontrarás otra de las panorámicas más bellas de la ciudad desde el Jardín de los Naranjos. De nada.

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VICTORIA GABALDÓN

Madre de Julieta y Darío, periodista y escritora. Creadora de MaMagazine, orgullosamente apoyada por una tribu de comadres poetas, escritoras, fotógrafas, creativas, ilustradoras, psicólogas, docentes y periodistas especializadas en maternidad.
Madre de Julieta y Darío, periodista y escritora. Creadora de MaMagazine, orgullosamente apoyada por una tribu de comadres poetas, escritoras, fotógrafas, creativas, ilustradoras, psicólogas, docentes y periodistas especializadas en maternidad.

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