Cuenta Emilio Bastida (Pilar de la Horadada, 1987) que tomó la decisión de ser matrón al cumplir los 18 años. Entonces, ni corto ni perezoso, cogió un avión para formarse en Inglaterra: “No sabía que mi meta era ser matrón hasta entonces, pero creo que me marcó mucho aquel día, cuando experimenté junto a mi madre la pérdida de la parte melliza de una de mis hermanas con tan solo 4 años, mientras estábamos solos en casa. Quizás la responsabilidad de cuidar a mis hermanas desde bien pequeño despertó también un gusto y disfrute enorme en ser cuidador, principal cualidad de la enfermería”.
Los cuidados siguen siendo, a día de hoy, una característica asignada a lo femenino. Yo creo que los cuidados no tienen sexo, porque todos los seres humanos somos capaces de cuidar. Todos. Otra cosa es que nos hayan educado a unas para cuidar y a otros para distintos menesteres, mucho más afines a la provisión. Esto es una realidad: los cuidados siguen recayendo, mayoritariamente, en las mujeres. Si todas las mujeres del mundo secundásemos una huelga de cuidados, tres cuartas partes del trabajo no remunerado quedarían desatendidas. Son estimaciones de la OIT, que corrobora que en ningún país existe igualdad entre hombres y mujeres en el reparto de esas tareas.
Pero sigamos con el viaje de Emilio: “Decidí irme a Inglaterra al comenzar mis estudios de enfermería en Almería porque leí en algún sitio que se trabajaba diferente, más humano y menos medicalizado. Esas frases parece que fueron suficientes para mí, ya que marcaron siempre el camino que perseguí hasta conseguirlo. Tras mi experiencia en otro país, con otra cultura y forma de trabajar muy impregnada dentro de mí, decidí volver a casa con el objetivo de mostrar que había otras formas de tratar y de cuidar. Quería demostrar que, trabajando de otra manera, respetando, informando según la evidencia y no interviniendo, también nacen los bebés, y las mujeres están más satisfechas con el proceso y con ellas mismas”.
Dicho y hecho: Emilio regresó a España y comenzó a trabajar con 3 matronas a las que define como 3 ángeles en su camino: “3 corazones con un mismo latido que me comprendían perfectamente, que tenían la misma visión que yo respecto al embarazo y el parto, y con el respeto y el cuidado humano. Con ellas comencé un proyecto sincero, transparente, humano, seguro y legal. Con ellas comenzó Icosaedra Maternidad“.
Emilio ha volcado su experiencia y su visión de cómo deberían respetarse los embarazos, los partos y los postpartos en un libro llamado Mi parto en casa, un libro basado en evidencias científicas y con motivación divulgativa que ayudará a las mujeres en su toma de decisiones respecto a la vivencia de su embarazo y su futuro parto. El libro comienza contando cómo eran los partos en casa en España y las modificaciones sufridas hasta llegar a convertirse en partos mayoritariamente hospitalarios. Pasa después a explicar las opciones de parto existentes en nuestro país, el porqué decidir parir en casa y los criterios para hacerlo. Los 3 siguientes capítulos se encuentran divididos como embarazo, parto y puerperio, tal como es la progresión natural desde el inicio del proceso. Tiene el objetivo de servir como guía si se ha decidido parir en casa, o será la ayuda que se necesita para tomar la decisión de dónde hacerlo, ya sea en casa o en el hospital. También será de utilidad para todas las mujeres que buscan la seguridad profesional y un parto respetado en un ámbito hospitalario. Toda esta información se mezcla con historias reales de partos en casa contadas por sus protagonistas.
Entrevistamos a Emilio para conocer cómo es su día a día y sus motivaciones para ejercer su preciosa profesión. Las imágenes que ilustran esta entrevista son de su archivo personal.
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