—En el array sale que Emma tiene síndrome de Phelan-McDermid.
—¿Es de los graves?
—Si. TEA, discapacidad intelectual, ausencia de lenguaje…, hipotonía, malformaciones en riñones, en corazón, quistes en el cerebro, tumores…
Esta es la noticia que sorprendió a Raquel Sastre (Murcia, 1981) y a José Ramón Fernández, su pareja, un 22 de diciembre de 2018. Su hija Emma, nacida en 2016, recibía un diagnóstico poco halagüeño, el síndrome de Phelan-McDermid, un síndrome genético causado por la deleción del cromosoma 22q13 (deleción significa que a ese gen le falta un trocito). Con anterioridad, sospechaban que la niña pudiera tener TEA (Transtorno del Espectro Autista), pero, en ese momento, supieron que se enfrentaban a un problema genético que, por el momento, no tiene cura ni tratamiento farmacológico.
Con esta noticia, “El gordo de Navidad”, arranca Risas al punto de sal, primero libro de la humorista Raquel Sastre, en el que cuenta su experiencia como madre de una niña con discapacidad. A este viaje se suman Joserra, su marido, con un punto asperger y dos hijos mayores, Jose y Lucía, en el apogeo de su adolescencia.
Raquel es cómica, guionista y luchadora. Lucha por su hija y también por otorgar mayor visibilidad a enfermedades raras como la que sufre. Ahora, estrena este precioso ejercicio de sinceridad en forma de libro: “Tenía muchas dudas, no sabía si este tema iba a interesar a la gente y sí me planteé desde el principio, además de contar nuestra historia con Emma, que fuese una especie de guía para que los padres supieran, sobre todo, detectar primeros síntomas. A veces creo que me paso de honesta, me meto en jardines un poco peliagudos, pero es cierto que, muchas veces, los padres queremos hacer todo lo posible porque nuestro hijo mejore. Pero no todo lo posible es bueno: por posibilidades, hay infinitas. Puedes intentar que tu hijo con cáncer se cure bailando sevillanas, pero eso no va a hacer que se cure. Este libro es una pequeña guía para que los padres podamos reconocer si una cosa funciona de verdad o no. Hay mucha gente que se gasta dinerales en cosas que no sirven para nada, incluso que pueden dañar a los críos. Quería intentar ayudar: si conseguimos que diez padres no se gasten dinero en gilipolleces, ya hemos ganado”.
Llegué a este libro por una recomendación que decía así: “Este libro me ha atrapado, me llevó de la risa al llanto y consiguió dejarme huella. Se trata de la historia de Raquel y su hija Emma. Es un relato emotivo, valiente, reivindicativo y divulgativo sobre cómo afrontar la adversidad desde el momento en que conoces que tu hija padece una enfermedad que la volverá dependiente para toda su vida. Raquel es humorista y por eso ha convertido el humor en la herramienta indispensable para sobrevivir en su nueva realidad. Yo no soy madre, pero leí el libro de un tirón con muchísima emoción”. Pocos días después, en una de esas tardes de domingo que saben a gloria en el sofá, yo tuve la misma sensación: agarré la historia de Raquel, Emma, Joserra, Jose y Lucía y no la solté hasta la lágrima final.
Tras la lectura emocionada de este libro, pude charlar con Raquel. Reímos y lloramos, hablamos de cosas gruesas. Coincidimos en que el humor te salva hasta en los momentos más oscuros. Raquel es un ejemplo de vida, de valentía, de amor y de generosidad: ante la adversidad, una sonrisa. Raquel cuidadora, Raquel madre, Raquel frustrada, también. Cómo no. Raquel admirable. Muchas Raqueles en una. Por aquí, esperamos a todas.
¿Por qué te recomendamos este libro?
Porque contiene información práctica y muy asequible sobre TEA’s y enfermedades raras como el síndrome de Phelan-McDermid. Esta información puede ayudar a muchas madres y padres a detectar, de manera temprana, posibles trastornos. Igualmente, este libro es una guía muy razonada sobre las cosas que sirven y las que no: porque no todo vale cuando la esperanza se desvanece y es importante tenerlo claro.
Porque es necesario que seamos conscientes de que la Atención Temprana es una de las vías más efectivas para ayudar a los niños con discapacidad y sus familias. Se necesita conciencia sobre este asunto y Raquel pone toda la carne en el asador para luchar por ello.
Porque Raquel nunca renuncia al sentido del humor, algo que puede resultar chocante al hablar de temas tan áridos pero que, sin duda, ayuda a digerir mejor el trago.
Porque si la maternidad es muy dura de por sí, imagina cómo puede complicarse tu vida si tienes un hijo con discapacidad o gran dependencia. La lectura de testimonios de vida como el de Raquel ayudan a empatizar y comprender mejor el dolor y la dificultad de quienes viven situaciones similares.
Puedes comenzar a leerlo aquí.
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