La adolescencia comienza antes de lo que pensamos… y no lo sabemos. ¿Cuándo crees que comenzó tu adolescencia? Posiblemente, esta etapa de continuos cambios físicos y psicológicos empieza antes de lo que imaginamos. Ahora ya no somos adolescentes: somos padres y, quizá como los nuestros, no queramos ver el inicio de la desconexión de nuestros hijos en busca de su propia identidad.
Mi hija de 9 años dice que es una preadolescente, y no le falta razón. Por supuesto sigue siendo una niña. Por supuesto sigue diciéndome que viviremos juntas, que saldré con ella y sus amigas de marcha y que le gusta dormir conmigo. Pero tampoco le falta razón, pues está cerca de entrar en la pubertad temprana, periodo comprendido entre los 10 y los 13 años (posiblemente incluso antes en las chicas). Este periodo de potentes cambios físicos incluye el desarrollo del pecho en las niñas, el crecimiento de los genitales en los niños y la aparición de vello corporal. De hecho, es el periodo de mayor crecimiento de los seres humanos desde su primera infancia. Son muchos cambios a la vez, cambios que empiezan a compartirse con sus pares y que hacen que los ya preadolescentes sean más conscientes de sus cuerpos a través de su transformación.
El cerebro es uno de los principales afectados en este desarrollo. ¿Edad del pavo? ¿Insoportable porque sí? No. El cerebro debe lidiar con la capacidad de entender el pensamiento abstracto en un córtex frontal todavía en desarrollo. Esto hace de los prepúberes personas con pensamientos más centrados en sí mismos, también más susceptibles y con comportamientos más impulsivos. Comienza, a la vez, la desconexión con sus padres, pues están más interesados en pasar tiempo con su grupo de amigos, donde se sienten más comprendidos.
Los cambios físicos y, sobre todo, psicológicos, no dejan de sucederse en el periodo central de la adolescencia, entre los 14 y los 16 años. Los cuerpos de los chicos comienzan a ensanchar y los de las chicas comienzan a suavizar sus contornos. La importancia de los grupos de amigos se incrementa a la vez que comienzan los primeros conflictos con los padres. También es en este periodo cuando los adolescentes se abren al amor romántico y quizá comiencen. Experimentar sus primeras actividades sexuales. Este periodo es sin duda uno de los más duros para padres e hijos: los padres que todavía ven a su hijo como un niño y los hijos que comienzan a pensar en su omnipotencia, a asumir más riesgos por cuenta propia y a verse recompensados en su grupo de amigos.
La adolescencia tardía es un periodo que se extiende desde los 17 años hasta los 25 (o más, especialmente en los chicos). De hecho, algún cuarentón no ha salido de ella todavía. Psicológicamente, muchos jóvenes son todavía inmaduros, pues sus cerebros está todavía desarrollando habilidades adultas (la corteza frontal no termina su desarrollo hasta pasados los 25 años). Los grupos de amigos dejan de ser tan definitorios en la formación de la identidad de los jóvenes, y seguramente pocos años después se acercarán más a los comportamientos que han visto en sus padres.
Comprender el desarrollo del cuerpo y del cerebro y acordarnos de cómo nos sentíamos cuando éramos adolescentes podrá ayudarnos a acompañar a nuestros hijos en la montaña rusa de la adolescencia (aunque sea desde la barrera).
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Más curiosidades sobre el funcionamiento del cerebro, no solo en los adolescentes, en El Cerebro Embarazado.
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